El Zaragoza B rompió por fin su mala racha y tras nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria se impuso a su homólogo del Real Madrid por la mínima, en un partido con dos partes claramente diferenciadas. El valor del triunfo es oxígeno puro para liberar al filial de la plaza que ocupa, cercana al descenso, y una inyección de moral para afrontar a partir de ahora un calendario favorable. El juego no fue vistoso y el rival contaba en sus filas con bajas notables, ya que Queiroz ha recurrido a varios Pavones para el primer equipo esta jornada, pero un golazo de Pina concedió un triunfo extraordinario para un cuadro en el que Camacho debutó en casa.

El duelo se diferenció en dos mitades de dominio opuesto. En la primera parte, los madridistas se mostraron superiores a su rival y controlaron el juego sin problemas liderados por Jordi y Jurado, aunque su dominio no fueron capaces de transformarlo en ocasiones claras para batir a Rubén. A pesar del dominio visitante, el conjunto que Solana tuvo la ocasión más clara del partido en un uno contra uno de Jose que se quedó solo ante Sebas, tras un buen pase de Capi, pero no supo resolver favorablemente la jugada.

CAMBIO DE SENTIDO En el vestuario la orientación del partido experimentó un cambio de sentido. Tras el descanso varió por completo el panorama y fueron los zaragocistas los que pasaron a dominar a un desdibujado Real Madrid que puso en evidencia los problemas que está teniendo esta temporada para conseguir resultados positivos lejos de casa. El público local, más numeroso que otras ocasiones a pesar del frío, disfrutó del mejor momento local.

Los zaragocistas tuvieron varias ocasiones claras para marcar por medio de Jose, que sigue incapaz para materializar las ocasiones. Fue el canterano Pina, especie en vías de extinción en este filial, el que marcó con un potente zurdazo desde más allá de treinta metros el que batió a Sebas y le dio los tres puntos a su equipo. Una victoria para salir a flote y creer en un futuro mejor.