El Zaragoza B va perdiendo gas conforme transcurre la competición, y en la jornada de ayer volvió a ceder los puntos, esta vez ante el Badalona, que lo tuvo fácil en su choque contra los hombres de Jesús Solana. Los locales, que venían con la moral bien alta después de haber apeado de la Copa del Rey al Levante, esta pasada semana, se mostraron como un equipo sólido y bien asentado, que justificó su buen puesto en la clasificación venciendo sin excesivos problemas a un filial zaragocista que volvió a dar la de arena, a pesar de que también tuvo alguna ocasión para inaugurar su casillero. La mala fortuna hizo que el cuadro zaragocista estrellase hasta tres palos en la madera, pero en el cómputo general de juego quien se llevó el gato al agua también fue el cuadro catalán.

DOMINIO LOCAL Los 2.500 espectadores que se dieron cita en el campo del Centenario de Badalona pronto verificaron que su equipo podía hacerse con el resultado. Los intentos del Zaragoza B por imponerse sobre el terreno de juego resultaron infructuosos, mientras que los catalanes iban haciendo su juego con comodidad y sin verse excesivamente agobiados por su rival. Al final de la primera parte se llegó con el marcador a cero, y con la impresión de que el Zaragoza B no estaba inspirado de cara a la portería defendida por Relaño, que no tuvo grandes sobresaltos a lo largo de este primer periodo.

Poco después de reanudarse el partido, el Badalona anotaría su primer tanto: corría el minuto 48, cuando Vacas ensayó un disparo ajustado, ante el cual Miguel no pudo hacer nada. Los catalanes se ponían por delante en el marcador, y el Zaragoza B se estrellaba una y otra vez ante su propia impotencia para culminar sus jugadas.

En la última fase del encuentro, el filial zaragocista intentó buscar el gol, pero nuevamente se vio lastrado por la poca inspiración de sus delanteros. No sucedió lo mismo con el Badalona, que en el tiempo de descuento redondearía el resultado con el 0-2, anotado de un gran disparo por Blanco, desde 35 metros y a puerta vacía, tras un saque de falta de Miguel. Sería la rúbrica de un mal partido para los zaragocistas.