Benasque es la capital española de la alta montaña con la mayor acumulación de tresmiles. A los Pirineos aragoneses llegan aficionados de todo el mundo. Pero este verano va a ser muy diferente puesto que la crisis sanitaria ha golpeado con fuerza. La cadena de malas noticias se ha sucedido. Primero se suspendió el Torneo Internacional de ajedrez y más tarde las fiestas patronales. La puntilla ha sido la suspensión del Ultra Trail Aneto-Posets, en el que compiten 3.000 ultrafondistas. Las empresas de deportes de aventura de la localidad pirenaica quieren que pase lo antes posible este negro 2020. «Las pérdidas van a ser horrorosas. La normativa es un poco caos y hasta mediados de junio no se sabrá nada, pero hay que ser optimista porque si no nos veremos abocados al cierre», dice Alberto Lacau, responsable de Milorcha, la empresa de Benasque especializada en barrancos, alta montaña, BTT y vías ferratas. Hasta la fecha todo han sido anulaciones. «Lo único que pensamos es en salvar el verano. Podemos funcionar con clientes de Huesca, pero lo importante es la movilidad y sin ella es imposible funcionar. La gente también está tocada económicamente», reconoce Lacau.

Javier Garrido, uno de los responsables de Aragón Aventura, ve la botella medio llena. Desde Jaca se ve todo de manera diferente. «Hay que mirar para adelante y ser optimista. Es un momento difícil, hay que ser realista y adaptarse. Esperamos que el otoño sea mejor, que no se repita la situación y que la gente coja confianza», indica. Tras estar paralizada toda la actividad desde el 15 de marzo, la empresa jacetana empezó a trabajar con clientes hace dos fines de semana. «Hicimos un curso de escalada con nueve personas en Escarrilla. Todos estábamos muy contentos y con ganas de salir y estar al aire libre». El pasado fin de semana se organizó el segundo en Piedras Rojas, en Candanchú.

Pero lo mejor fue el ascenso al Aneto con esquís el martes 19 de mayo. «Estaba perfecto y había mucha nieve desde los 2.200 metros. Llevamos tres clientes de Jaca con mi hermano Fernando. Hicimos vivac en la Besurta, subimos hasta el Collado de Coronas y la bajada por Aigualluts fue espectacular. Fue una actividad de once horas», explica Garrido. Aragón Aventura es una empresa peculiar puesto que gran parte de su actividad se hace fuera de España. «La parte más afectada han sido los viajes fuera de Europa y se han anulado 50. Las pérdidas para el sector de viajes han sido muy grandes. Estaban previstos a cincomiles, al Elbrús, Lenin, Kang Tengri y el Manaslu en otoño. Ahora había un grupo a Madeira y hemos cambiado el destino a la Rata de los Faros en Galicia», indica.

Castejón de Sos es conocido en todo el mundo por los vuelos de parapente. Es la gran riqueza de esta localidad del valle de Benasque. «En julio y agosto las cuatro empresas movemos a miles de personas. Viene gente de toda España y en nuestra empresa llegamos a trabajar 20 personas», dice David Díez, de Parapente Pirineos. Pero con la crisis sanitaria el panorama no puede ser más pesimista. «En el valle de Benasque la situación es dramática. Dependemos del turismo y los restaurantes no llenan, la gente no puede trabajar y no podremos funcionar a tope». Las ayudas son escasas para el sector. «Los autónomos tenemos 600 euros, pero la mayoría de las empresas no están dadas de alta. La temporada empezaba en Semana Santa y los que esperaban trabajar se han quedado sin ayudas. Ganamos en tres meses para pagar durante todo el año», dice Díez.

Las dificultades

De momento cuenta con que el mes de junio está perdido. «No sabemos muy bien a qué atenernos porque las normas que dan son muy simplonas. Tendremos que minimizar los tiempos de trabajo. Disponemos de 12 horas diarias para volar y ahora serán cuatro, cada furgoneta costará limpiarla media hora y en cada una en vez de nueve personas entrarán la mitad». Estos vehículos llevan hasta la zona de despegue de Gallinero y Arasán. Se añaden otros problemas. «No se podrán hacer biplazas porque la normativa solo deja hacer la actividad al 50% de la capacidad de la aeronave. Habrá que llevar mascarilla, vamos pegados el guía y el cliente a 10 centímetros y si no es a dos metros no se puede hacer».

El Gállego es uno de los lugares de privilegio para practicar rafting en España. A la sombra de los Mallos de Riglos se viven descensos espectaculares. «El varapalo económico ha sido muy gordo. Hay que aguantar. Hasta que no haya un flujo importante no podemos abrir», explica Gustavo Ortas, responsable de UR Pirineos, en Murillo de Gállego, creada hace 14 años. Ortas espera que se dé la vuelta a la tortilla. «El Gállego está espectacular y hay una primavera con mucha agua. Con el confinamiento la gente tendrá la necesidad de expandirse, ir al monte y puede apostar por actividades internas», concluye.