El Salvador es uno de los colegios con más alumnos de Zaragoza. Situado en el barrio de La Romareda, en este centro escolar estudian un total de 1.700 chavales. Junto al apartado académico, el deporte es una de las maneras de formar al niño. Aquí se practican el atletismo, el patinaje, el judo y la gimnasia rítmica. Pero las dos especialidades con mayor peso son el fútbol y el baloncesto. El primer deporte lo juegan algo más de 400 jóvenes y al básquet están apuntadas 380 chicos y chicas en 32 equipos.

En baloncesto El Salvador tiene su propia personalidad. Algunos dicen que es una pequeña república en la zona en la que hay canteras del peso específico de Romareda, Marianistas, Doctor Azúa, Alierta Augusto, Casablanca o El Olivar. Su coordinador es Fernando Mollat. "Somos de los pocos colegios en el que todos los jugadores de baloncesto son de El Salvador. Aunque solo hay dos excepciones. Nunca ficharemos a ningún jugador de fuera, al menos hasta que yo esté en el cargo. El objetivo es que con lo que tenemos saquemos lo mejor que podamos", indica.

El Salvador ha recibido ofertas para vincularse a clubs de Zaragoza. "Pero no lo aceptamos puesto que los planteamientos de cantera no eran coherentes con lo que demandamos. Teníamos que dar mucho y recibir poco. Pero nos llevamos bien con todos. Si nos piden un cambio de horario, lo aceptamos y no fichamos a nadie. Por eso nos aprecian", explica el coordinador.

Mollat explica que en el centro tienen tanta importancia el fútbol como el baloncesto. "Va por añadas. Pero hubo una clara eclosión del fútbol cuando se hicieron los campos de hierba artificial. Ahora hay un claro empate entre el fútbol y el baloncesto. En el femenino no tenemos rival con la gimnasia rítmica", explica.

Aunque la sección de baloncesto cuenta con la desventaja de que el pabellón se les queda pequeño. "La ventaja es que es exclusivo del baloncesto y no se comparte con el fútbol sala. Pero la desgracia es que solo cabe un campo de baloncesto, puesto que dos a lo ancho se quedan muy pequeños". Tienen tres pistas exteriores de baloncesto y seis de minibásquet. "Hay un proyecto para instalar canastas debajo de los porches para los días en los que llueva".

COMPETICIÓN SANA

La filosofía de la sección de baloncesto es buscar la competición sana por medio de la capacidad de esfuerzo, la lucha y la superación para contar con los mejores equipos. Es apreciada la deportividad de los niños que visten la camiseta azul. "Esta idea la aplicamos desde benjamín de segundo año. Intentamos que todos los equipos de la misma edad entrenen a la vez y que tengan los mismos objetivos", afirma Mollat.

Uno de los puntos a favor es la gran tradición que tiene el baloncesto en El Salvador. "Aquí se juega a baloncesto desde los años cuarenta con el impulso del hermano Larumbe. Jesuitas siempre le ha dado gran importancia a los valores del deporte. Fernando Pena, el anterior delegado, tiene una gran memoria histórica". Mollat sucedió en el cargo a Pena. "Llevo desde los seis años estudiando en el colegio. Empecé a jugar a los diez y a preparar equipos a los 14". Desde entonces hasta el 2012 lleva 30 años entrenando. Pero hace dos cursos es el coordinador. "Los niños no cansan. Fatiga más el papeleo con la territorial y poner los horarios es lo menos entretenido. Pero entiendo que es el papel que me toca ahora", dice. Se siente gratificado con el contacto con sus entrenadores. "Me gusta estar con los entrenadores. Tengo la gran fortuna de que los técnicos son gente implicadísima con el colegio. El primer espada es Paco Navarro, que lleva 16 años entrenando en el colegio", afirma.

El Salvador flojea en sus equipos territoriales y destaca en los escolares. "Este año apuntan maneras los equipos femeninos de infantil, preinfantil, benjamín y alevín". Toda la cantera hace piña en el Día del Baloncesto, que se monta a mediados de octubre. "Es el primer Torneo el Salvador y queremos darle una continuidad. Este año hemos invitado a Corazonistas, Azúa, Compañía de María, Marianistas, Lupus... ", explica Mollat.