La vigésimoprimera edición del Torneo de Fútbol Base Inmortal Ciudad de Zaragoza terminó ayer con la disputa de las finales en las diferentes categorías, la entrega de trofeos y la ceremonia de clausura.

En esta ocasión, el Espanyol fue el único club que pudo conseguir más de un título, al imponerse en alevines 11 y benjamines, las dos únicas finales que disputó.

El título local fue en juveniles, en el que su primer equipo se impuso al Mallén (3-1). En cadetes, el Balsas jugó la final pero cedió ante el Real Oviedo perdiendo por un contundente 5-1. La final más disputada fue en la categoría infantil, ya que el Celta de Vigo se impuso con un gol en la prórroga al Zaragoza.

Como es costumbre, en alevines se jugó en dos modalidades, once y siete. En la primera de ellas el Espanyol goleó al Oliver (5-1), y en la segunda el equipo de La Almunia logró un ajustado triunfo ante el Torreforta (4-3).

En las finales de los más pequeños, el triunfo del Espanyol en benjamines se produjo nuevamente ante el Oliver (3-0), que vio cómo los barceloneses les cerraban el paso hacia el título en las dos finales que disputaron. En prebenjamines, el Centro Natación Helios se impuso 4-0 al Balsas Picarral.

En la entrega de trofeos, como es costumbre en todas las ediciones, hubo un apartado especial para galardonar a los mejores futbolistas del torneo.

El máximo galardón fue para el jugador españolista Rubén Herráiz, y el infantil Adrián Terré (Zaragoza), fue elegido mejor jugador aragonés. En juveniles el trofeo lo logró Samuel Cantín (Balsas A), en cadetes Raúl Menéndez (Celta), en infantiles Pablo Lede (Celta), en alevines 11 Alejandro Celma (Oliver), en alevines 7 Aitor Rodríguez (Torreforta), en benjamines Daniel Lasure (El Olivar) y en prebenjamines José Carlos Andrés (Balsas A).