Porfirio Fisac estaba igual de contento después del partido que los aficionados que habían disfrutado con su equipo: «Satisfacción, orgullo, dignidad. Hoy los jugadores y la gente tienen que salir por ahí. Es una pena que no se juegue los viernes y que mañana sea día de trabajo porque hoy es un día para disfrutar, desconectar y no pensar en el siguiente partido, que además será dentro de quince días».

Y es que cualquiera que estuviera ayer en el Príncipe Felipe, excepto el Joventut, disfrutó del espectáculo. «Es uno de esos días para disfrutarlos y en los que al entrenador no le queda más que dar la enhorabuena. Ha sido un gran trabajo de todos y tanto jugadores como afición tienen que tener la sensación de que han dado el máximo durante los cuarenta minutos. Los dos primeros cuartos han sido difíciles porque no acabábamos de coger esa renta pero se veía al equipo con una chispa diferente. Algo que se ha traducido en una gran defensa, buen trabajo en el rebote y la explosividad de nuestros bases nos ha dado esa alegría en nuestro juego. La gente está muy orgullosa y muy satisfecha pero el entrenador también», dijo Fisac.

El técnico no pudo destacar a nadie en concreto para no ser injusto. «Es un día del bloque. Sería injusto destacar a alguien porque el trabajo defensivo ha sido tan sólido... Hemos sido capaces de frenar a Laprovittola, obstruir sus líneas de pase, frenar sus salidas, descentrar a Todorovic, no dejar que Birgander tuviera continuaciones... Han sido tantas pequeñas cosas que satisfacer a alguien en particular sería un grave error. Hemos sido un bloque sólido y ambicioso 100%», destacó el entrenador.