Los fiscales del caso contra la Juventus por el uso de sustancias dopantes acusan al equipo de fútbol más laureado de Italia de suministrar EPO a sus jugadores. El juicio que tiene sentado en el banquillo al equipo blanquinegro desde hace algunos años le acusa de "fraude deportivo" por haber suministrado sustancias que alteran la prestación de los jugadores durante el periodo que transcurre entre 1994 y 1998. Las conclusiones de los fiscales descubren que no sólo se daba a los futbolistas dosis excesivas de fármacos, entre ellos la creatina, que no está considerada una sustancia dopante, sino que incluso se usó la terrible Eritropoietina (EPO).

"A los jugadores del Juventus se les ha suministrado EPO y así lo demuestran los análisis de los valores de la hemoglobina en la sangre de los atletas, efectuada por el perito Giuseppe D´Onofrio", dice Gianfranco Colace, uno de los fiscales del caso, que explica como la suministración de EPO se realizaba de dos maneras: una "crónica", a base de dosis que se daban a los jugadores, y otra "aguda", más potente, de la que se "beneficiaron" los jugadores Alessio Tacchinardi y Antonio Conte para acelerar el proceso de recuperación tras una lesión.

UN PLAN ESTUDIADO Durante el proceso se dio a conocer que Alessandro del Piero había sido incluido entre los acusados por fraude deportivo junto a otros dos compañeros de la época, ya que se les había descubierto en una ocasión un hematocrito superior a lo permitido (50), aunque esta vez por la falta de pruebas se archivó el caso. Hasta ahora, el juicio ve como acusados no sólo al médico de la sociedad, Riccardo Agricola, sino también al administrador delegado del club de Turín, Antonio Giraudo, ya que los fiscales acusan al club de que en esos años hubo una "implicación directa de la sociedad" y que "se evidencia una verdadera estrategia del uso de fármacos, no un uso homogéneo sino un verdadero plan estudiado según los años". Ya que, como la segunda fiscal Sara Panelli ha recordado, "la compra de EPO tenía que estar autorizada por la sociedad" y que los gastos en fármacos del equipo durante los cuatro años se había cuadruplicado. "Es inpensable que el responsable de un equipo no se diera cuenta de que se estaba creando una verdadera farmacia", añadió. El próximo 25 de octubre se celebrará la última audiencia con la petición de las penas por parte de la fiscalía a los acusados.