Cuando no es una cosa es otra, pero no hay semana en que el Real Zaragoza no sufra una sacudida extradeportiva. Aquí ha habido de todo. Un concurso, manifestaciones, broncas, denuncias, espantadas, despidos... Lo último, lo de esta semana, ha sido el desembolso que ha tenido que realizar el club con Movilla, José Mari y Paredes para seguir teniendo abierto el mercado y después de la denuncia de sus tres jugadores, que increíblemente todavía siguen siéndolo porque en este estado de ruina económica es más importante arañar algo de dinero que tener orgullo.

Con esos miles de euros de menos, la caja fuerte del club se ha quedado tiritando, a la espera del siguiente sobresalto. Mientras, entre lío y lío, hoy vuelve la Liga, que en este Real Zaragoza contemporáneo es eso que se juega los fines de semana después de los follones semanales.