Da lo mismo la calidad del rival, la necesidad de ganar que arrastre, que tenga a una entusiasta afición animando hasta el final. Nada puede detener a este CAI que ayer sumó su decimosegunda victoria consecutiva en la Liga en la pista de un complicado Gijón que sólo había caído en una ocasión en su casa. El CAI no tenía a Lescano, tuvo que jugar con González y Sanmiguel varios minutos, Hill tuvo que abandonar la pista por cinco personales, pero funciona como bloque. La fuerza del conjunto supera las brillantes actuaciones individuales.

INICIO SORPRENDENTE El encuentro comenzó loco. La primera jugada fue de tres puntos para el Gijón, pero la ventaja fue un espejismo en cuanto el CAI empezó a funcionar. Un parcial de 0-11 parecía desmontar las predicciones que hablaban de un encuentro igualado y muy complicado para los aragoneses, pero tan abrumadora ventaja duró poco. Los locales igualaron el marcador y el partido se volvió normal . El tanteo crecía con regularidad hasta que Ferrer rompió la igualdad con un triple a quince segundos del final.

En el segundo cuarto, el CAI parecía dispuesto a sentenciar el partido. Su juego era elegante y espectacular. Un balón largo de Ciorciari que machacó Hill o una preciosista combinación entre Oscar González, Sabaté y Earl demostraban la altura de este equipo. El base argentino tuvo que abandonar la pista tras recibir un golpe en la cabeza y entró González. Poco después Julbe puso también en liza a Rodrigo Sanmiguel, apostando por jugar con dos bases. El parcial final de 12-20 rompió el partido a favor del CAI.

Y si el equipo ha demostrado ya que puede jugar bien y ganar sin Lescano, no iba a ser menos con la ausencia de cualquier otro jugador, por importante que sea su aportación. Sin Ciorciari en la pista, González y Sanmiguel manejaron a la perfección el equipo y el CAI ganó en consistencia defensiva. Pero el argentino no quería dejar de ser protagonista en un encuentro que comenzó con siete puntos suyos, y cuando regresó a la pista fue para volver a brillar, por ejemplo, con un tapón increíble a Pacreu.

VENTAJA INMOVIL En el tercer cuarto el CAI se instaló cómodamente en una ventaja que rondó siempre los diez puntos. Moncho Fernández se desesperaba porque sus jugadores no lograban detener al rival. El Gijón lo intentó con todas sus ganas, pero la victoria del CAI no llegó a peligrar. Ni siquiera en el último cuarto, cuando pudo permitirse el lujo de encajar más puntos de los anotados. El huracán de la LEB sigue adelante. Hasta ahora ha superado a rivales duros y difíciles, pero los próximos lo serán más todavía. El miércoles recibe al Plasencia y, el fin de semana, viaja a Bilbao.