Llegó el invierno a la Vuelta. Aparecieron los chubasqueros y las prendas de abrigo. Se entró en Galicia. El achicharrante calor andaluz ya es historia pero no la batalla de los ciclistas. Día de perros. Día gris. Día en el que Thibaut Pinot desentierra el hacha de guerra. Se trata de uno de los favoritos, el que camino de la Ribeira Sacra llega a ser líder provisional de la carrera. ¡Ha sido podio del Tour de Francia! ¡Ha ganado en Alpe d’Huez! Nada, que no se enteran, que algunos parece que quieran dejar la casa sin barrer. «Le correspondía trabajar al Movistar», admite en la meta Simon Yates, el jersey rojo, el jefe de filas de un Mitchelton desaparecido en combate.

Alejandro Valverde, el que se pasea todos los días por el podio, el que es segundo de la general (a un segundo de Yates), el que lidera la regularidad y la combinada, no tiene cara de buenos amigos. Hace días que no se afeita, pero eso es una costumbre que reserva para las grandes ocasiones. Y, sin duda, pelear en esta Vuelta lo es. «Los demás equipos no corren para ganar la Vuelta. Sinceramente, no sé a qué corren. Nosotros le pusimos valor».

Han pasado cien kilómetros desde que se dio la salida en Mombuey, un pueblo zamorano con el tiempo gris, con el día feo. Y es allí donde 19 corredores, por fin, tras un inicio explosivo, velocidad de vértigo, consiguen escaparse. En los coches de los directores, los auxiliares, van anotando en un papel los dorsales que se van cantando a través de Radio Vuelta, la emisora privada que informa de los incidentes y los detalles de la etapa. ¡Ojo! ¡Hay un número acabado en uno! Y el uno significa que hay un líder entre los fugados. Es el 51, un dorsal mítico en la historia del Tour, pues con él Merckx, Luis Ocaña, Bernard Thévenet y Bernard Hinault ganaron en París. Es el de Pinot. Y a Pinot no se le puede permitir que rebaje los dos minutos perdidos, porque si contrarresta el tiempo, no solo puede animarse, sino ganar la Vuelta.

El Movistar no quiere sorpresas y pone a sus hombres a trabajar, principalmente a un Imanol Erviti que está espléndido. El resto, a rueda, porque ya les va bien. Pinot pelea, Pinot se esfuerza, pero acaba fundido. Solo obtiene 12 segundos de recompensa (13 si se cuenta una bonificación que sumó por el camino). La etapa, para Alessandro de Marchi.