Todo parece estar a favor. España afrontará a partir de hoy las semifinales de la Copa Davis ante Francia (12.00, La 2) con la ventaja de jugar en casa (Alicante), en su superficie favorita (tierra) y ante un equipo que no puede contar con su número 1 (Grosjean, nº 10 del mundo). Aparentemente no hay ninguna razón para pensar que los españoles dejen escapar la oportunidad de alcanzar por segundo año consecutivo la final y optar a repetir la victoria del 2000 cuando ganaron el primer título ante Australia, en Barcelona.

El propio capitán francés, Guy Forget, era ayer el primero en admitir la superioridad del equipo español tras celebrarse el sorteo de los primeros individuales que hoy enfrentarán a Carlos Moyá ante Paul-Henri Mathieu y a Juan Carlos Ferrero y Fabrice Santoro, a continuación. "Lo normal es que España nos gane 4-1, pero la Davis es una competición muy especial en la que siempre se producen sorpresas y eso lo intentaremos aprovechar".

Con la intención de romper la dinámica desfavorable, Forget optó por arriesgar de salida y alinear a Santoro en lugar de Arnaud Clement. "No es una apuesta a todo o nada, al contrario. Creo que Santoro es el jugador que puede dar más problemas a Ferrero. Si queremos sorprender a los españoles debemos jugar diferente", valoró.

Su elección no sorprendió a los españoles. "Se la han jugado a tope de entrada, pero si no les sale incluso pueden pagarlo el sábado en el doble", comentó Jordi Arrese, el capitán español. Santoro jugó su último individual en la Davis hace siete años y en el circuito siempre ha perdido contra Ferrero. A pesar de eso, Forget cree que Santoro (número 36 del mundo), con su estilo de juego a base de globos y dejadas, puede enloquecer al valenciano, que hace dos meses y medio que no juega en tierra.

"No conozco a nadie que se aclimate a la tierra tan deprisa, tras haber jugado tanto tiempo en pistas rápidas. Me ha extrañado que Ferrero y Moyá fueran a jugar a Pekín, pero si lo han hecho es porque piensan que pueden adaptarse", comentó Santoro. Moyá y Ferrero evitaron polemizar sobre la conveniencia o no de haber jugado en China una semana antes de la semifinal de la Davis. "No habrá problema por eso. Estamos acostumbrados a viajar mucho y listos para jugar", aseguraron ambos.

OBJETIVO PRIORITARIO Tanto para Moyá como para Ferrero ganar la Copa Davis se ha convertido en un objetivo prioritario en este final de temporada. Ambos son conscientes de que, si no hay sorpresa en Alicante y Estados Unidos gana a Bielorrusia en la otra semifinal, España tiene muchas opciones de volver a ganar el título porque jugaría la final en casa como en el 2000. "Este año he tenido que apartar muchas metas que me había marcado y la Copa Davis es la última que me queda", admitió ayer Ferrero, que espera recuperar su mejor tenis.