Un 66,2% de las butacas permanecieron vacías en los campos de Segunda División durante el fin de semana. La categoría de plata no ilusiona o, al menos, no lo suficiente para que los aficionados al fútbol abandonen el salón, sofá y aire acondicionado incluidos. La primera jornada ha dejado tras de sí unas cifras de afluencia de público preocupantes, en tanto que solo acudieron a animar a sus equipos en su estreno 66.813 personas de las 197.607 que pudieron hacerlo. Se cubrió la desoladora cifra de un 33,8% del aforo total. Todo esto en una categoría con muchos equipos en crisis, en concurso de acreedores y que han salvado la plaza en el último minuto, como el Alcorcón, que se libró por los pelos de un descenso a Segunda B. Difícilmente el conjunto madrileño podrá redondear su caja, ya que su estadio, Santo Domingo, presentó la entrada más pobre de Segunda, con apenas 1.500 personas en la grada.

Los estadios de mayor aforo fueron los que mostraron un aspecto más triste, con más cemento que seres humanos. Así, el debut del Real Zaragoza, en el Rico Pérez de Alicante, feudo habitual del Hércules, solo fue visto en directo por 6.850 espectadores de los 29.500 que pudieron asistir al encuentro; al estadio de Gran Canaria, donde juega Las Palmas, solo acudieron 10.000 de las 51.000 personas posibles; El Molinón, en Gijón, estadio del Sporting, solo presentó algo menos de media entrada (14.509 seguidores de 30.000) y La Condomina de Murcia solo recibió a 6.232 aficionados con un aforo capaz para más de 30.000.

Más afición en Primera

Todo lo contrario sucedió en Primera, en donde esta campaña comenzó con un promedio del 7,07% más de aficionados que el año pasado. En total, más de 300.000 personas de las 400.000 posibles se desplazaron a los diez campos de Primera División, 45.000 más que hace una temporada.