Determinación y constancia. Intensidad y potencia. Una actitud que nada recuerda a la Garbiñe Muguruza que se marchó llorando de Roland Garros. Un mes después la española parece otra jugadora y la transformación le permitirá mañana volver a jugar unas semifinales de Wimbledon después de deshacerse con facilidad de la rusa Svetlana Kuznetsova por 6-3 y 6-4.

Muguruza negaba ayer que ese cambio espectacular sea producto de un ansia de revancha, aunque en su última conferencia en París anunció enfadada tras perder el título que tenía «hambre de hierba». Lo dice convencida. «No salí en plan de venganza. Lloré porque estaba dolida por esa derrota. No hay que ser una pared y no poder expresar los sentimientos», argumentaba. «¿Garbiñe vuelve a ser Garbiñe?», le preguntaron. «No me gusta nada ese titular, nada. Soy la misma Garbiñe de siempre», recalcó e insistió que hace tiempo que está trabajando para afrontar partidos como el de Kerber el lunes, o el de Kuznetsova ayer. Nada le afectó.

Si ante Kerber sorprendió con un juego de ataque y valiente en la red, ayer se concentró en imponer un ritmo de juego alto y una gran defensa ante una rival sólida y que «obliga a trabajar los puntos». Lo hizo desde el primer momento. Defendiéndose pero atacando con golpes poderosos de fondo. Buscando la ocasión para arrebatarle el servicio a Kuznetsova. Lo logró en el cuarto juego del primer set (3-1) y en el quinto del segundo (3-2). Fue definitivo para apuntarse el triunfo en 1 hora y 15 minutos.

«Garbiñe nos está enseñando una bonita cara. La veo centrada, muy bien de tenis y de actitud en la pista. Su estabilidad es una sorpresa grata», destacaba Conchita Martínez, la capitana de Copa Davis y Copa Federación, que está ayudando a Muguruza ante la ausencia por motivos personales de su entrenador Sam Sumyk. Su próxima rival será la eslovaca Magdalena Rybarikova (87 mundial) que venció a la estadounidense Vandeweghe (6-3, 6-3).

En la otra semifinal estará Venus Williams, cinco veces campeona, que a los 37 años acabó con las ilusiones de Jelena Ostapenko, vencedora de Roland Garros que, con 17 años menos --Venus ganó su primer Wimbledon en el 2000 cuando hacía tres que había nacido la letona-- cayó ayer por 6-3 y 7-5. Su rival será la británica Johana Konta, ídolo local, que venció a la rumana Simona Halep por 6-7 (2), 7-6 (5) y 6-4, arrebatando además la oportunidad de tener el número 1 mundial que el lunes será para Karolina Pliskova, eliminada por Rybarikova en la segunda jornada. Ayer, Djokovic, se clasificó para jugar hoy los cuartos al vencer a Mannarino (6-2, 7-6 (5), 6-4). Se enfrentará a Berdych, mientras Murray lo hará con Querrey y Federer con Raonic.