Nunca antes Saihou Gassama había esperado un cumpleaños con tantas ansias. Lleva en Zaragoza desde el 2009 y todavía anhela paciente su gran oportunidad, pero el próximo 11 de diciembre cumplirá 18 años y, entonces, podrá vestir la camiseta del Real Zaragoza B. De momento, Gassama se limita a entrenar con el filial (el pasado sábado lo hizo con el primer equipo) y a vivir las jornadas de partido desde la grada. "Es frustrante porque yo lo que quiero es jugar. Es aburrido entrenar bien y luego no poder demostrar nada, pero estoy con ganas de que llegue el próximo mes", reconoce.

Gasssama aterrizó en la Ciudad Deportiva de la mano del representante Eugenio Botas, realizó las pertinentes pruebas y el club le comunicó después que contaba con él. Sin embargo, cuestiones burocráticas determinaron que Gassama no podría jugar en el equipo zaragocista hasta que no cumpliera la mayoría de edad. Ni siquiera con el Juvenil. En la web de la entidad su nombre figura entre la plantilla del filial dirigido por Esnáider, pero lo cierto es que todavía no ha disputado ni un solo minuto como zaragocista.

El año pasado, Gassama estuvo cedido en el Santa Isabel con la intención de mantener el ritmo físico y no perder la regularidad de la competición. Dice que allí se sintió "muy bien" porque pudo "entrenar y jugar al mismo tiempo". Los que le conocen, lo describen como un centrocampista con mucha calidad y un futuro prometedor. Pero él rehuye de los elogios. "Yo hago mi trabajo y disfruto con el fútbol. El año pasado fui convocado con la selección de Aragón y también con la selección de Gambia", señala.

Internacional absoluto

Saihou Gassama echa de menos a su familia --"aquí estoy solo, no tengo a nadie", dice--, pero asegura que Zaragoza le encanta como ciudad. "Todo es muy tranquilo, sin problemas. Vivo relajado y, aunque a veces me aburra, siempre hay cosas que hacer", señala. Pese a todo, el jugador mantiene un vínculo directo con su país, Gambia, a través de la selección. Como jugador, deslumbró con la sub-20, pero ahora ha pasado a ser un fijo en el combinado absoluto: "Ahora estoy siempre con ellos y aprendo mucho. Es un orgullo para mí", explica Gassama, quien cuenta los días para poder decir adiós al aburrimiento.