Todo empieza en Montecarlo. Como cada año. Y todo arranca con Carlos Sainz al frente del pelotón del Mundial de rallys. Van desapareciendo sus colegas de generación, las estrellas que le han ido acompañando a lo largo de los 18 años que lleva compitiendo al más alto nivel, pero él continúa al pie del cañón. Mañana arranca una nueva edición de la prueba y el madrileño estará en la salida en busca de su tercer título mundial, un logro que se le resiste desde que consiguió el segundo en el año 1992.

Con 42 años y 18 ediciones a sus espaldas, Sainz se convierte en el piloto más veterano, en el decano de una carrera que ha forjado su leyenda de hombre sin suerte. Pero continúa al mando de su Citroën. En su tiempo se fueron mitos como Juha Kankkunen, gran amigo del bicampeón español, Miki Biasion y Ari Vatanen, aquel que celebraba sus victorias con un vaso de leche en el podio. tltimamente han desaparecido de los rallys compañeros como Didier Auriol, con quien compartió aquel equipazo Toyota que le ayudó a ganar sus títulos, Tommi Makinen, el tetracampeón de Mitsubishi; Colin McRae, cuyo despido de Citroën ha provocado el español, y ahora, por desgracia, el más joven de todos ellos, Richard Burns, a quien un tumor cerebral ha apartado momentáneamente de la alta competición.

SER COMPETITIVO "Lo importante", comentaba ayer Carlos Sainz desde Montecarlo donde concluyó los reconocimientos "sin nieve" de la prueba que mañana abrirá el Mundial-2004, "no es jubilar gente, sino seguir siendo competitivos".

Para Sainz, lo importante es seguir sintiendo el cosquilleo de siempre cuando se sienta en el coche. Puede que ya no sea tan veloz como antes, pero su aportación al título de constructores, el más importante, conquistado por Citroën, en su primer año en el Mundial, le ha servido para que despidiesen a McRae --"un piloto muy bien considerado y el mejor pagado de todos"-- y le renovasen por un año más.

Cuentan que, antes de renovar con Citroën, Peugeot le preguntó si quería correr con ellos, pero el español fue fiel a quien, el pasado año, le ofreció una oportunidad cuando parecía que iba a quedarse sin volante. "Entonces, nadie daba un duro por mí y, al final, volví a contribuir a un nuevo título mundial".

LOS NUEVOS FAVORITOS Sin sus compañeros de siempre, Sainz considera que pilotos como Petter Solberg (29 años, Subaru), nuevo campeón del mundo, S¨bastien Loeb (29, Citroën) y Markko Martin (28, Ford) deberían de tomar el relevo ya mismo si no quieren que se les eche el tiempo encima y sea demasiado tarde.

El, mientras tanto, se niega a confirmar que aquel anuncio que hizo al abandonar el RAC de Inglaterra en noviembre pasado --"lo dejo, el 2004 será mi último año en activo"-- vaya a ser realidad un año después cuando concluya en Australia el Mundial que arranca mañana junto al casino de Montecarlo. "Estoy bien, con ganas y con renovada ilusión. Ya hablaremos del tema". Sainz se lo pensará a lo largo del año. Las sensaciones que tenga el piloto durante la temporada serán importantes. De momento, nos vemos el 14 de noviembre. El último día.