Cristiano Ronaldo confirmó el regreso de su mejor versión al marcar cuatro goles tras lograr su triplete de Riazor y guiar al Real Madrid a la remontada ante el Elche (5-1), el día que Carlo Ancelotti sentó a Iker Casillas para el debut de Keylor Navas como guardameta del equipo blanco en partido oficial.

La normalidad marcó una decisión de Ancelotti con poca base futbolística. La rotación en la portería, situación extraña en la Liga, llegó al Real Madrid con la visita del Elche. Casillas esquivó los silbidos del sector que le tiene señalado y Keylor Navas salió en un día con poco que ganar.

Llevaba cinco minutos en su nuevo estadio cuando tuvo que detener en dos tiempos una falta de Edu Albacar. Un lateral es el máximo goleador liguero del Elche porque al cuarto de hora no desaprovechó un inocente e involuntario penalti de Cristiano.

El descanso a Karim Benzema no conllevó la presencia de Chicharito de inicio. Bale jugó de nueve. Un experimento que muestra que hay jugadores que parecen obligados a ser titulares toda la temporada. Antes hubo momentos de duda en el Real Madrid. Con el Elche haciendo daño con facilidad. Velocidad, pase en profundidad y a la espalda de los laterales, con la rapidez de Víctor y Coro. Fue Bale el que empató de cabeza aprovechando el fallo de Herrera. Poco después empezó la exhibición de Cristiano, que marcó en el 28 de penalti y cuatro minutos más tarde con un testarazo inapelable a centro de Marcelo. El Elche se vino abajo. La segunda parte dejaba poca historia. Cristiano llegó al cuarto gol con un segundo penalti y uno en el minuto 92.

Sobre la suplencia de Casillas, Ancelotti fue misterioso. "Los pitos me han influido nada, importan cero", dijo. Y no aclaró quién jugará el sábado en Villarreal. "Tendremos tiempo de hablar del tema".