Es el freestyle del piragüismo. Los deportistas realizan piruetas imposibles sobre el agua en una de las modalidades más espectaculares que existen en las especialidades que se desarrollan en el agua. El estilo libre es primo hermano del eslalom de aguas bravas y sus especialistas son considerados como equilibristas o gimnastas sobre su kayak. La localidad de Murillo de Gállego fue el privilegiado escenario el pasado fin de semana del Campeonato de España de estilo libre junto a la décima edición del Trofeo Río Gállego. La competición se celebró en el río Gallego, tres kilómetros más arriba de Murillo.

El estilo libre consiste en aprovechar los rulos y las olas de la corriente del río para realizar en ellos una serie de figuras. El objetivo del palista es buscar la máxima pureza en la composición de las figuras, a la vez que deben ejecutarlas con la máxima velocidad. "En el punto kilométrico 35 se forma una ola estática que permite enlazar figuras de diferentes estilos. En función del caudal puede cambiar la forma de la ola estática. La competición de cada deportista dura 45 segundos y realizan el mayor número de figuras. Es espectacular puesto que los piragüistas parecen auténticos gimnastas por la cantidad de vueltas que dan sobre si mismos", dice Gustavo Ortas, el director de la prueba.

Compitieron 70 palistas de todas las categorías en las modalidades de K-1 y C-1 masculino y femenino. "La mayoría eran catalanes y también había varios vascos. De Aragón destacaba el Club Pirineos y el Club Murillo Kayak y compitieron cinco piragüistas. En Aragón cada vez vamos teniendo mayor cantera. Destacaría a José María Miró, del Murillo Kayak, que entró en la final el K-1 sénior y Laro Fernández, que fue finalista cadete", explica Ortas. Los dos primeros en K-1 fueron Oriol Colomé y Quim Fontané, mientras que en K-1 femenino ganó Esther Mar y en júnior Ian Salvat. En C-1 ganaron Adriá Bosch a Ander de Miguel y por equipos ganó el Club Piragüismo Salt Ter.

El eslalom tiene un recorrido que oscila entre los 300 y los 600 metros. Se deben superar las puertas lo más rápido posible. "En el estilo libre se deben hacer en 45 segundos las mejores acrobacias y trucos. Se trata de quedarte en la ola el mayor tiempo posible y hacer el mayor número de figuras. Todo eso hay que hacerlo encima de un kayak y dentro de la ola, con la inestabilidad del medio por las fluctuaciones de la ola", afirma.

Las embarcaciones son completamente diferentes a la del eslalom. "En el estilo libre son mucho más cortas. El de eslalom son tres metros y medio de longitud y las de estilo libre de dos metros. Estas tienen escaso volumen, unos 200 litros. Tienen fondo plano para girar muy fácil y realizar las maniobras aéreas", explica Ortas.

El sistema de competición contaba con las clasificatorias del sábado y la final del domingo a la que pasaban los cinco mejores. Un jurado de tres personas del comité de competición cantaba los trucos. "La puntuación tiene el mismo planteamiento que la gimnasia", explica Gustavo Ortas. El ambiente fue fenomenal como prueba que se organizara una cena el sábado por la noche en el Hostal los Mallos de Murillo.

Ortas tiene un punto crítico sobre las limitaciones que tienen las empresas de turismo activo que trabajan en la Hoya de Huesca. "En el Noguera Pallaresa las instituciones catalanas tienen en cuenta la actividad turística ligada a las aguas bravas y las competiciones. Intentamos hablar con la Confederación Hidrográfica del Ebro desde diferentes asociaciones. El turismo activo es lo que nos da vida a toda la comarca de la Hoya de Huesca y permite que nos podamos quedar aquí, que se llenen las aulas de los colegios y que haya servicios médicos. Se pide una regulación y que seamos tenidos en cuenta para el control de caudales del río Gállego. Pero de momento no lo hemos conseguido", concluye Gustavo Ortas.