La gira inglesa del Zaragoza es el reinado de la improvisación, como si Pepe Gotera y Otilio hubieran sido los encargados de programar los destinos y los partidos que el conjunto aragonés dirime por las islas. Cambios de hotel, de lugar de entrenamiento, confirmaciones tardías, adelantamiento de vuelos... Así, la anulación del amistoso ante el Crystal Palace a finales de la semana pasada sólo fue un aviso de lo que estaba por llegar. Después, el club adelantó sin avisar el vuelo a Londres el lunes y al llegar se encontró con la sorpresa de que su hotel en Watford no era el previsto,--el Hilton de esta localidad-- sino el De Vere The Bellhouse, en Beaconsfield, a más de media hora de camino. La razón: no había habitaciones suficientes.

Mucha carretera

Pero hay más: hasta la noche del lunes no se confirmó dónde iba a entrenarse el equipo ayer mismo. Primero se habló del campo del Watford, pero se acabó acudiendo a la ciudad deportiva de este equipo, situada en London Conely, en el extrarradio de la localidad. Por ello, se decidió que lo más prudente era comer en esas instalaciones, pero la plantilla recorrió más de 50 kilómetros para ejercitarse, a los que hay que añadir otros tantos para el amistoso de por la tarde, éste sí sobre el césped del Vicarage Road. Los jugadores zaragocistas tampoco se explican por qué se van hoy tras el entrenamiento a Manchester --más de 300 kilómetros-- y se vuelve el sábado tras jugar con el Bolton hasta Londres. En Manchester está previsto que se ejerciten mañana y pasado en la antigua ciudad deportiva del United, aunque tampoco se descarta trabajar sobre el escenario del partido del sábado, el Reebook Stadium. Queda, por supuesto, pendiente de confirmación.