La caída del Real Zaragoza con Paco Herrera, que alcanzó su momento culminante con el despido tras la hecatombe en Ponferrada, provocó que la mirada se dirigiera de modo claro a la idea de evitar el descenso a Segunda B. Mucho más con la llegada de Víctor Muñoz, que proclamó a los cuatro vientos que la única meta pasaba a ser eludir el desastre de la categoría de bronce. Ocho puntos de doce y la sonrisa que provocó el afortunado gol en propia puerta del Jaén hizo que tanto en la afición como en la propia plantilla la palabra promoción surgiera con más libertad, con mayor sustento de realidad. Así, el Zaragoza busca hoy en Montilivi el giro definitivo en sus objetivos, que comenzó siendo el ascenso directo y que ahora puede virar de la permanencia al playoff.

El propio Víctor admitió que ganar al colista Girona permitiría pensar en otras cosas, no solo en la permanencia, que estaría virtualmente sellada con 50 puntos y 6 jornadas por delante. Se abriría, pues, otra etapa en esta convulsa y triste temporada. No lograr la victoria, y sobre todo caer ante el farolillo rojo, haría que cualquier sueño de playoff se desvaneciera, y se impusiera la triste realidad de sellar la continuidad en Segunda cuanto antes. Por mucho que la igualdad de la categoría permitiera que las matemáticas tuvieran sitio, no lo tendría la propia inconsistencia del Zaragoza, mejorado en espíritu y en orden competitivo por Víctor y respaldado también en los resultados. Sin embargo, llegar a esas plazas que suponen la promoción exige un nivel superior de mejoría.

Esa victoria, además, pondría fin a más de tres meses sin ganar fuera desde que Roger firmó la victoria en Miranda. Desde ahí, 4 empates y 2 derrotas como forastero. A esa racha también busca ponerle fin el Zaragoza, que de hacerlo daría un ilusionante y consistente paso en Montilivi. En Soria y en Vitoria, al equipo se le escapó el triunfo tras remontar. A ver si no incide en ese error.

El técnico no podrá contar con Barkero y, aunque recupera a Acevedo, sin ritmo competitivo, su lugar en el doble pivote junto a Arzo apunta a Cidoncha. Con Rico entre algodones, el regreso de Abraham al lateral, tras más de una vuelta sin jugar ahí, sería el otro cambio. El resto, salvo sorpresa, los mismos, con Henríquez acostado a la izquierda, salvo en el muy improbable caso de que el técnico se juegue ahí la bala de Víctor y reserve al chileno para el tramo final.

El Girona ha pasado de quedarse a las puertas de subir a verse con un pie en Segunda B. Con Pablo Machín ha mejorado, con un esquema más defensivo, con cinco zagueros, y con mayor intensidad. Siete puntos de los últimos 12 así lo demuestran, pero necesita más para salvarse y se le agota el tiempo. En Montilivi solo perdió 4 partidos, pero solo sumó 23 puntos de 51. No es fácil ganar en Girona, pero el Zaragoza necesita ese botín para revestir de realidad otro giro.