Eusebio, que empleó la semana en ensayar conceptos defensivos, en vez de observar y tomar nota de cómo el Ajax puso en problemas a un extenuado Madrid, salió al Bernabéu a defender y fue un juguete en manos de un Madrid que no sentenció cuando fue superior y, cuando quiso reaccionar, el técnico del Girona se le adelantó, su equipo se había puesto a atacar y se le había subido a las barbas a un Madrid indolente.

Superado lo que parecía el primer tramo realmente exigente del año, el Madrid fue cayendo en la suficiencia y lo terminó pagando con una derrota inesperada que le devuelve al tercer puesto en La Liga y a una distancia más que considerable, 9 puntos, del líder Barça. El Girona sale de lleno, cuando menos lo esperaba, de una racha que le estaba comprometiendo la temporada.

El Girona, lejos de los excesos de la Copa, dispuso un equipo bien armado, con Porro desaprovechado con un doble lateral en la derecha y una acumulación ingente de hombres en la zona central que intentó menoscabar constantemente las combinaciones del Madrid.

Benzema sigue siendo, todavía más con Vinicius en el banquillo, el jugador más desequilibrante del Madrid, sobre todo ante un equipo encerrado. Ante la incomparecencia de Ceballos partiendo desde el frente izquierdo, el francés dio un paso atrás para empezar a crear peligro.

El Madrid empezó a terminar jugadas a partir del cuarto de hora. Lucas Vázquez, previa frivolidad, marró la primera y Asensio, con la confianza aparente recuperada, protagonizó la mejor, hasta el primer gol. Las llegadas locales se fueron multiplicando hasta que Casemiro abrió el marcador con un cabezazo inapelable para Bonu tras un centro de Kroos.

Sin ejercer presión hasta la medular, incluso cuando iba por detrás en el marcador, el Girona le hizo fácil el partido a un Madrid que llegaba fatigado después de tres partidos al máximo de exigencia, pero no se tuvo que exigir demasiado para dominar de forma abrumante el partido. Inmerso profundamente en su búsqueda de rigor de defensivo, los de Eusebio dejaron de lado sus mejores virtudes ofensivas en pos de un plan conservador que tenía la etiqueta de fracaso desde el minuto 10.

El Girona renace en el segundo tiempo

Con el marcador a favor, ante la poca exigencia del rival y con la aplastante sensación de superioridad que rondaba el partido, el Madrid bajó el ritmo y se acopló al nivel de un partido soñoliento. Sin obligaciones defensivas, incluso Marcelo recuperó la presencia ofensiva que le caracteriza en sus buenos momentos, con un gol anulado por el VAR por un claro fuera de juego.

Tras el descanso, Eusebio intentó variar la tendencia del partido con un doble cambio ofensivo, intentando deshacer errores del principio. El Madrid siguió jugando como si la superioridad que había mostrado sobre el césped se hubiera reflejado en el marcador, pero el exiguo 1-0 dio alas al Girona. Gracias a la presencia aérea de Lozano y ante la poca intensidad del partido, el Girona tuvo opciones para empatar, primero con una ocasión que Aleix García mandó a las nubes y después con otra que, previo remate al palo de Stuani, Ramos desbarató con una mano que supuso el penalti del empate que convirtió el uruguayo.

Entre los intentos de reacción de los de Solari, que sacó al campo a Vinicius y Bale, fue el Girona el que más se acercó al segundo gol, sobre todo por medio de un disparo espectacular de Portu que escupió el larguero de un Courtois ya batido.

Expulsión de Sergio Ramos

Entre los silbidos y la inquietud creciente de la grada, entró al campo Mariano por Ceballos y, en la jugada siguiente, el Girona aprovechó el vacío en el centro del campo para fabricar el gol. Lozano se encontró con Courtois tras una buena anticipación de Douglas Luiz, pero al rechace del belga llegó como un obús Portu para dejar patidifuso al madridismo.

La reacción final blanca, de la mano de Vinicius, Bale y Mariano, se quedó en agua de borrajas, con Courtois rematando el último córner y con Ramos expulsado por doble amarilla, tras un desesperado intento de chilena; pero los de Solari suman una derrota cuando menos lo esperaba, tras haber superado con suficiencia los tres partidos más exigentes del mes.