En Italia se ha desatado la revolución contra el fútbol defensivo, ese catenaccio que ha sido su seña de identidad a lo largo de la historia. El fracaso en el último Mundial ha hecho cambiar de opinión hasta al seleccionador Giovanni Trapattoni, que a sus 65 años quiere despedirse del fútbol con una imagen que nunca tuvo. Y en ese cambio de look un jugador tendrá un protagonismo especial: Francesco Totti (Roma, 1976), el gladiador, el talento, la fantasía, el hombre arte de Italia, que se estrena esta tarde en Guimaraes ante Dinamarca (18.00 horas. TVE-1).

Alessandro del Piero, Christian Vieri, Andrea Pirlo, Antonio Cassano... En Italia no faltan las estrellas, pero el líder está claro: "Francesco es el jugador que marca las diferencias. Si miro al pasado, no encuentro comparación alguna en Italia. Es como el Platini que ganó la Eurocopa con Francia en 1984", asegura Trap , quien sitúa al 10 azurro por encima de Zidane, Beckham y Raúl, elogios que han levantado los celos de Del Piero. La estrella de la Juve jugará por la izquierda en la línea de tres mediapuntas. Totti será el enganche , el gran surtidor de balones para Vieri.

Con su gladiador tatuado en el hombro, Totti llega a Portugal en plena forma, tras marcar 20 goles con el Roma en la Liga. Paradigma del talento y la visión de juego, los más osados lo consideran el mejor italiano de la historia, por delante de mitos como Mazzola, Riva, Meazza, Rivera o los más cercanos Roberto Baggio y el propio Del Piero.

Madurez futbolística

Totti vive el fútbol a lo grande desde muy pequeñito. Cuenta que lloró al ver la final de la Copa de Europa de 1984, cuando el Liverpool batió al Roma en el Estadio Olímpico. Tenía sólo 7 años. En 1990, fue recogepelotas en el Mundial de Italia y, tres años después, Vujadin Boskov le hizo debutar en Primera con el Roma. Internacional en todas las categorías, se estrenó con la absoluta el 10 de octubre de 1998, de la mano de Arrigo Sacchi. Su primera gran cita fue la pasada Eurocopa, cuando llevó a Italia al subcampeonato.

Ahora, en plena madurez futbolística, espera consagrarse como una de las grandes figuras de Europa. El Madrid y el Milan ya se han interesado por él, pero quiere seguir en Roma, donde es todo un personaje, y no sólo por sus cualidades con el balón. Su peculiar forma de hablar y sus pocas luces son objeto de múltiples bromas. Hace unos meses, incluso, se editó un libro de chistes que ha sido récord de ventas en Italia, por delante de Paulo Coelho e Isabel Allende.