Siete años después, el Sevilla volvió a saborear la grandeza de la conquista de un título continental. El equipo andaluz superó toda clase de sufrimientos ante un gafado Benfica, pero acabó levantando su tercera Liga Europa después de mantenerse en pie durante más de 120 minutos y agarrarse en la tanda de penaltis a su portero portugués Beto, que encajó el primer lanzamiento de Lima y detuvo los dos siguientes a Cardozo y Rodrigo mientras sus compañeros Bacca, Mbia, Coke y Gameiro no dudaron y convirtieron los suyos. La maldición benfiquista lanzada por Béla Guttman en 1962 sigue vigente. Ya son ocho las finales europeas que ha perdido el equipo portugués desde entonces.

A la prórroga, en la que el propio Bacca malogró una ocasión clamorosa para decidir, llegó vivo el Sevilla de milagro, con la fortuna tan de cara como en las tres estaciones anteriores antes de llegar a Turín, en las que dejó aparcados a Betis, Oporto y Valencia, sucesivamente. El Benfica tuvo mejor organización y más ocasiones para evitar llegar al suplemento que necesitó la final para resolverse, pero la zaga andaluza y su portero se mantuvieron firmes para prolongar su esperanza media hora más ante las enérgicas embestidas del campeón luso en el tramo final.

El choque comenzó, sin embargo, con unas cuantas puntadas bien dadas por el conjunto de Unai Emery, que asustó a Oblak con dos buenas llegadas casi seguidas, pero no tardó en verse desactivado por la eficaz presión alta y el achique de la adelantada defensa lisboeta. Pese a los esfuerzos de Rakitic, en cuyo liderazgo volvía recaer buena parte de sus posibilidades, el Sevilla no encontró el contraataque que podía despejar su horizonte ni tampoco vio la luz a balón parado, aunque Bacca reclamó ya cerca del descanso un penalti por agarrón de Luisao después de una dejada de cabeza de Fazio en un córner.

ESTIRÓN PORTUGUÉS Fue el último fogonazo sevillista antes del intermedio frente a un rival que pegó un estirón en esos últimos minutos y se vio cerca de adelantarse por medio de Rodrigo y Maxi Pareira, que empezó de lateral derecho y no dejó de crecer como volante desde que se marchó lesionado Sulejmani. El meta Beto reaccionó bien ante ambos e inmediatemente después Fazio cometió un claro penalti sobre Gaitán que el árbitro alemán decidió ignorar.

Con las mismas regresó en el segundo tiempo el Benfica, que encadenó otras dos ocasiones consecutivas. Pareja salvó en ambas oportunidades con su portero batido y el encuentro quedó definitivamente abierto sin que nadie acertase a dominarlo. En ese carrusel de ida y vuelta apareció por fin Reyes para reactivar el ataque del Sevilla. Dos disparos del utrerano espabilaron a Oblak, que entre medias se libró de un gran susto gracias a que su defensa neutralizó una gran jugada entre Bacca y Vitolo. Justo antes, Moreno, muy nervioso e impreciso toda la noche, pudo también ser sancionado con otro penalti a Lima.

La respuesta portuguesa no se hizo esperar y acabó con un rosario de ocasiones en el tramo final de los primeros 90 minutos, pero Coke, Parejo y Fazio volvieron a responder, lo mismo que Beto, que hizo un paradón en un gran derechazo del delantero brasileño antes de dar la oportunidad de marcar a Garay en una mala salida. El central argentino cabeceó alto en el segundo palo y la prórroga se precipitó sin remedio con el Sevilla pidiendo la hora para coger aire.

El equilibrio que presidió el tiempo suplementario pudo saltar por los aires con una oportunidad monumental de Bacca. Rakitic habilitó con un gran pase al delantero colombiano, que se protegió bien, se plantó solo ante Oblak pero acabó cruzando demasiado con el exterior mientras su entrenador ya cantaba el gol. Beto se encargó minutos después de que el título tuviera un sabor especial.