Se viene el anunciado Brasil-Argentina. Choque deseado y a la vez temido por cada uno de los contendientes porque en la noche de hoy martes (2.30 horas) les cabrá la gloria o la humillación. Los brasileños ganaron las cuatro Copas América que organizaron en 1919, 1922, 1949 y 1989. Pero no es esa la razón por la cual llegan a esta semifinal como favoritos. Brasil es un equipo que ya encontró su funcionamiento mientras que la albiceleste es una selección embrionaria con derivas inquietantes. El peso de las figuras es mayor en los locales. Claro que Argentina tiene a Messi, razón suficiente para que los rivales sientan que la posibilidad de una paliza está latente. Por lo pronto, las apuestas pagan casi cinco veces más si el equipo de Lionel Scaloni da la sorpresa.

Brasil llega con mayor confianza, aunque pasó a esta instancia del certamen por penales. Debe jugar en el Mineirao, el estadio que ha dejado su marca como la mayor afrenta deportiva de la canarinha: ahí perdió 1-7 contra Alemania. El peso de ese recuerdo imborrable puede aparecer si las cosas se complican. El clásico sudamericano comenzó en 1916 con un empate. La celeste y blanca ha obtenido 14 certámenes regionales contra ocho de su contrincante. A lo largo de una historia de rivalidad enconada, los argentinos se impusieron en 15 oportunidades, contra nueve de Brasil. Empataron ocho veces. Pero esas cifras pueden ser engañosas. Desde la década de los noventa, la ventaja se inclina hacia el lado de la verde y amarilla.

¿Cómo jugarán los equipos? Brasil irá a la suya. «Messi y Agüero van a tener que sudar para entrar en nuestra defensa», avisó Gabriel Jesús. Algunos conocedores suponen que sería un suicidio que Argentina salga a atacar. Si Scaloni se inclina por la cautela tiene sin embargo un problema añadido: carece de jugadores netamente defensivos. En el medio no cuenta con un Mascherano y la banda izquierda es frágil.

Claro que todas las especulaciones se terminan si aparece Messi. La gran pregunta está relacionada con él desde el momento de que el mejor jugador del mundo ha reconocido que no se encuentra en un buen nivel. Jugar contra Brasil es un aliciente mayor. «Somos un grupo de chicos nuevos y Messi nos está guiando», señaló Rodrigo de Paul, una de las revelaciones. «No es ni la sombra de lo que puede ser. Pero para ganarle a Brasil tiene que aparecer. Si eso pasa, ganamos», pronosticó el polémico entrenador devenido comentarista deportivo, Ricardo Caruso Lombardi.

La expectativa crece en Brasil y Argentina con el correr de los minutos. Se trata, según O Globo, del mayor juego del planeta y no, precisó el diario paulista Folha, por la cantidad de Mundiales acumulados por ambas selecciones. «Entre los diez mejores jugadores de todos los tiempos tenemos, como mínimo, seis nacidos aquí o allá. Pelé, Garrincha y Didi de nuestro lado, Messi, Diego Maradona y Alfredo Di Stefano de ellos». Historia de ayer y de hoy en el Mineirao.