En la mala racha que vive el Zaragoza y en su preocupante situación actual, con el agua al cuello del descenso, hay un factor en la colección de debilidades y fantasmas, propios y ajenos, que acucian al equipo cuyo peso es sin duda más letal que ningún otro. Desde el principio de temporada, el Zaragoza ha convertido en una quimera la suerte suprema del fútbol. Sin goles, no hay victorias. Así de simple y este equipo falla en su cita con el gol en muchas ocasiones. Si en 14 jornadas de 27 --a dos de su peor registro histórico en Primera, en la 70-71 y en la 90-91-- no ha logrado perforar la portería contraria es porque la ausencia de ese hecho clave se ha convertido en el gran cáncer que amenaza con un retorno al Infierno de consecuencias devastadoras.

El Zaragoza lleva 25 goles en 27 jornadas, un dato pobrísimo que solo Osasuna con 23 empeora. Mientras, de las 14 jornadas que se ha quedado sin marcar, en siete de ellas fue en La Romareda, cinco derrotas por 0-1 --Valladolid, Getafe, Málaga, Levante y Celta-- y los dos empates sin goles ante Espanyol y Granada. Con tanta ausencia en la suerte suprema, sobre todo ante su gente, que es donde debería cimentar su permanencia, el duro momento actual viene como una consecuencia directa, porque, además, el Zaragoza tampoco es un bloque fiable en defensa, aunque ayer sí diera una aceptable imagen en esa faceta.

Jiménez había utilizado el trivote desde el partido en Málaga, pero ayer, tras cinco jornadas, buscó más presencia arriba con tres mediapuntas por detrás de Postiga. Dio igual. El Zaragoza, que ha tenido cuatro refuerzos en ataque de los cinco de enero, ha aumentado en este 2013 su devastadora sequía. Un dato lo ilustra: solo cinco goles en los diez partidos del 2013. Montañés marcó desde fuera del área ante el Betis, Postiga lo hizo en Málaga tras un córner botado en corto y el portugués anotó ante el Valencia en un saque de falta, mientras que Apoño, ante el conjunto che y ante la Real Sociedad, transformó sendos penaltis.

El Zaragoza en el 2013 no vio puerta ante Valladolid, Atlético, Espanyol, Osasuna, Getafe y Granada. Postiga, con 10 dianas, es su Pichichi, pero el portugués tiene cada vez menos ocasiones. De hecho, ante el Getafe y contra el Granada apenas se puso de gol, otro dato angustioso, porque en el Zaragoza, salvo que Rochina empiece a decir lo contrario, si Hélder no ve puerta, no lo hace nadie.