Estaba acabando el entrenamiento en La Romareda cuando en los marcadores, en los que se estaba haciendo pruebas, se cantó gol. Si alguno de la veintena de aficionados que se dejaron ver por el Municipal se dio cuenta de ese detalle, hubiera podido pensar perfectamente que era una broma de mal gusto, que había alguien con mucho sentido del humor, porque Víctor preparó un entrenamiento con mucho remate a puerta, sobre todo en sus jugadores de ataque, y el resultado fue descorazonador. Si los datos en la Liga, doce jornadas sin marcar y ser el duodécimo equipo en esa faceta anotadora con 42 dianas en 36 citas (1,16 de media), ya no dejan mucho lugar a dudas sobre la falta de pólvora, el poco acierto en la sesión de ayer aún resulta más revelador. El consuelo es que quizá se guardaron los goles para el partido del domingo. Ojalá sea así.

Víctor Muñoz comenzó la sesión con media hora física y después con un ejercicio de remates a puerta en dos porterías y tras una dejada de un compañero o del propio entrenador, que también participó --lo cierto es que él casi se entrena como uno más, algo que ni la edad ha cambiado--. Ni los delanteros que no podrán estar este domingo, es decir Ángelo y Roger, ambos por sanción, ni los candidatos a ocupar la plaza del 9, Diego Suárez y Javi Álamo, porque Esnáider tampoco se ejercitó ayer con la primera plantilla, estuvieron especialmente acertados al encarar a Whalley o a Leo Franco. Así, hubo que esperar a una vaselina llena de intención de Luis García para ver el mejor gol, de largo además.

Los rematadores

Después, mientras Víctor trabajaba con la mayoría de los jugadores en partidillos en espacios reducidos, su segundo, Raúl Longhi y el central Álvaro pusieron centros con cuatro rematadores: Roger, Henríquez, Javi Álamo y Montañés. Ahí, el índice de acierto ante Leo Franco fue bajísimo. De los cuatro además.

La sesión acabó con un partido a mitad de campo, donde la cosa tampoco mejoró en demasía, para aumentar la sensación de que ahora la confianza ante el marco contrario ni mucho menos sobra. "Estamos en un racha negativa ante el gol, es una cuestión de confianza y hay que cambiar como sea", admitió Acevedo. Y hay que cambiarlo en un partido sin Roger, el Pichichi con 9 dianas, ni Henríquez, que lleva 5. Víctor es más partidario de apostar por el filial y eso da más opciones a Diego Suárez, si bien Javi Álamo tiene posibilidades de jugar como 9 y, si no, lo hará en una banda. Luis García se moverá en la mediapunta, con Montañés acostado en un carril y Barkero regresará a la medular junto a Arzo. En la defensa no se esperan cambios.