El primer punto de los cuartos de final ya ha volado. El CAI Zaragoza perdió ayer en la prórroga en la pista del Plasencia después de realizar un juego solvente durante 35 minutos, dominar el encuentro con claridad y sufrir un arbitraje parcial y persecutorio hacia algunos jugadores, lo que al final resultó determinante (los locales lanzaron 37 tiros libres y los visitantes, 21). A pesar de la dureza permitida al Plasencia, el CAI dispuso de la posesión para ganar el partido. Con 78-78 en el marcador, Ciorciari se jugó una bandeja que no le correspondía porque en todos los equipos del mundo, la pelota decisiva se la juega el mejor. Y el mejor del CAI es Lescano, no Diego. Así se llegó a una prórroga muy igualada, que cayó del lado local con un triple de Stewart a falta de tres segundos por una mala interpretación de la zona por parte zaragozana.

Con Otis Hill, Rocky Walls y Oscar González eliminados por la parcialidad de Bardají y Uruñuela, el CAI desperdició una ventaja de nueve puntos (63-72) a falta de siete minutos. La debacle visitante coincidió, sobre todo, con la caída del nivel defensivo sobre el base contrario. Gianella y Sala se hicieron los dueños del partido y Ciorciari volvió a demostrar su precariedad a la hora de anular a sus pares. Con el trabajo sucio de los colegiados ya realizado, el encuentro se igualó (74-74) y el Plasencia, que había vivido de la brillantez de Gianella y de Guillem Rubio (excepcional en ataque y consentido hasta la saciedad en defensa), estuvo más sereno.

El golpe al CAI fue muy duro porque la sensación que quedó es que se perdió un partido ganado. El equipo de Alfred Julbe tardó en entrar en juego, pero cuando lo hizo tras cinco minutos dubitativos marcó el tempo del partido. Al descanso, se llegó con 35-45, conseguido con una gran intensidad defensiva y por una zona efectiva y trabajada (el Plasencia hizo un 18% de tres en los dos primeros cuartos).

GRAN ESMORIS Con el CAI jugando a favor de corriente, Esmorís como figura del equipo (23 puntos y dando muchas soluciones), Lescano dispuesto a asumir la responsabilidad y Ferrer con su mano silenciosa, Julbe echó en falta la aportación de sus americanos que, aunque castigados por los árbitros, jugaron a un nivel inferior al que se les debe exigir y el CAI los necesitará en su mejor versión para superar los cuartos. Ayer Walls hizo dos pírricos puntos y ocho rebotes en 17 minutos y el CAI perdió el rebote total (27 por 36). Y Otis Hill sólo anotó ocho puntos y picó en el anzuelo de Rubio, que lo desquició con sus provocaciones.

La forma en la que jugó el equipo, la intensidad y el acierto durante casi todo el partido, acabaron de una forma inesperada. Fue un golpe bajo. El próximo domingo (18.00 horas), la eliminatoria vivirá su segundo encuentro. Al CAI no le quedará otra opción que ganar porque un 2-0 en contra sería fatal. Será una final anticipada.