Jaime Castrillo es un ciclista con clase. En el día D y a la hora H firmó la mejor competición de su vida. No podía ser en otro sitio que en los Campeonatos del Mundo sub-23 que se están celebrando en Innsbruck. El jacetano de 22 años acabó en un sensacional sexto puesto entre un pelotón de casi 200 ciclistas. «Es lo más bonito que he hecho en mi trayectoria», explica Castrillo. Hasta la última vuelta luchó por los metales. Al final venció el suizo Marc Hirschi y Castrillo llegó a 45 segundos del suizo encabezando un pelotón de siete ciclistas.

«Eran cuatro vueltas y cada vez me encontraba mejor. Al final decidí no meterme en los cortes y, si me encontraba bien, jugármela en la última subida», explicaba en el mediodía de ayer el oscense en el aeropuerto de Múnich.

En la última vuelta se fueron por delante Hirschi y el finlandés Hänninn. «Después empalmó el belga Lambrecht. Estuvimos cerca, pero no pudimos empalmar con la cabeza». En la última subida Castrillo atacó en su grupo, pero llegaron juntos a la meta. «En el último kilómetro estaba a cola de ese pelotón y en vez de esperar al esprint ataqué cuando estaban parados. Fue muy duro y todo el mundo llegó al límite».

El martes el aragonés no cumplió con las expectativas tras terminar el 29º de la crono. «Me faltaron fuerzas al final de la prueba. Pero el viernes salí sin presión y con el paso de las vueltas me fui viendo mejor. Tras estar decepcionado por no hacerlo bien en la crono en la prueba en línea iba a lo que saliera. Si tenía un buen día iría para adelante». El circuito es de los más duros que se han disputado en las últimas ediciones. «Se va haciendo exigente por la acumulación de kilómetros. El callejeo por el pueblo tiene un repechillo y en las bajadas casi ni se toca el freno», explica. En un Mundial con tan exigente el oro se decidió en el descenso. «Aunque Hirschi tuvo fuerzas para remar solo por la parte llana».

Castrillo ya tiene una gran experiencia en esta competición. Debutó hace dos años en Qatar, corriendo la prueba en línea. «En mi debut acabé la prueba. Corrimos en una isla y recuerdo que los espectadores eran los trabajadores de la obra. No había cultura de ciclismo, pero fue curioso ver este país». El año pasado en Bergen (Noruega) fue el decimotercero en la crono y en la prueba en línea se retiró tras trabajar para Iván García Cortina.

Ha sido el primer año de Castrillo en el Movistar. «Voy aprendiendo el oficio y me veo más hecho. Me voy haciendo al ritmo y las distancias». Disputó la Vuelta a Burgos, el Dauphiné y Tour Down Under donde fue escapado 130 kilómetros. «Me pillaron a 11 kilómetros de la meta».