Peña Guara es una referencia del esquí de montaña en Aragón. Fue hace 40 años cuando ya organizó junto a Montañeros de Barbastro la primera Travesía Altos Pirineos por el macizo del Posets. Eran los históricos Javier Escartín, Lorenzo Ortas o Pablo Ramón los que tiraban del carro de una modalidad que estaba en sus inicios. Fue en 1983 cuando Peña Guara hizo historia al ascender para Aragón el primer ochomil. Era el Gasherbrum I, de 8.080 metros. Protagonizaron la hazaña Javier Escartín, Lorenzo Ortas, Toño Ubieto, Víctor Arnal, Ignacio Cinto y Jerónimo López. Ese grupo descendió la montaña en esquís de montaña.

Antonio Gros, el responsable actual de la sección en el club oscense, comenzó un poco más tarde, a inicios de los ochenta. «Por aquellos años poca gente utilizaba los esquís de montaña. La primera vez que salimos a la nieve nos clavábamos andando y no había manera de moverse. También probamos las raquetas, pero era un horror abrir huella en la nieve profunda y por pendientes fuertes», explica Gros.

Los tiempos han cambiado y el esquí de montaña se ha popularizado. «La cosa ha cambiado un montón y hay mucha gente en los recorridos clásicos. Por ejemplo, hay que madrugar mucho para tener sitio para aparcar en el Portalet. Ahora tenemos en el club dos centenares de personas que practican la especialidad de manera asidua y salen a la montaña grupos de 20 o 30 practicantes todos los fines de semana», dice Gros. La gran parte de ellos provienen del montañismo y no del esquí alpino. «Es una actividad más de montaña que de esquí. Antes los aficionados se iban a la sierra en invierno. Sin embargo, ahora se calzan los esquís de montaña. Esta especialidad cubre el hueco de los que hacen escalada en hielo y es el medio de aproximación a la pared», explica Gros. El responsable de esquí de montaña de Peña Guara reconoce que «a los cursos viene poca gente del esquí alpino. Si no son gente habituada al esfuerzo porque hay que subir andando, rara vez se enganchan», explica.

El club altoaragonés tiene un amplio programa de actividades que comienza el próximo sábado 21 de enero con el curso de iniciación. Se prolongará hasta el 5 de febrero. «Es importante que tengan un nivel de descenso en esquí alpino y algo de experiencia en terreno invernal, sabiendo manejar los crampones y el piolet», explica.

La competición

El programa de Peña Guara es muy variado, aunque hace años que no organizan una copetición. «El esquí de montaña será deporte de exhibición en los Juegos de Corea. Todas las pruebas se hacen en las estaciones de esquí y así se atrae a los espectadores y los medios de comunicación en pruebas cortas y explosivas. La Federación Española (FEDME) nos sugirió que para entrar en su circuito organizáramos la carrera en una estación de esquí. Cosa a la que nos negamos. Al final, si no no entras en la Copa de España, hay más gente organizando que participando. Y vimos que el esfuerzo que suponía organizar la carrera no compensaba», dice.

El segundo escalón tras el curso de iniciación son las salidas promocionales, que se harán los días 12, 19 y 26 de febrero. «Son recorridos relativamente sencillos donde se comienza y se termina en el mismo sitio». También se organizarán jornadas de nivología y autorrescate en nieve el 10, 11 y 12 de febrero. «Los llevamos haciendo hace varios años y se centran en la seguridad en el esquí de montaña», apunta.

La progresión continúa con las altas rutas. Se organizan durante tres fines de semana. «Son indicadas para gente con más experiencia y comienzan y terminan en diferentes sitios. El 11 y 12 de marzo se visita el valle de Tena por el Balneario de Panticosa y el refugio de Bachimaña, el 25 y 26 de marzo se sube el Pico de la Forqueta desde el refugio de Viadós y el 8 y 9 de abril desde Cuello Arenas a San Nicolás de Bujaruelo por los picos de Marboré y Taillón, bajando por la Brecha de Roldán», afirma.

El colofón es la Alta Ruta Benasque-Llauset-Benasque, del 22 al 24 de abril. «Hemos puesto un límite de 30 personas y seis colaboradores. El centro de operaciones es el refugio de Llauset y subimos Vallibierna, Rusell y el Pico Cordier», concluye.