Al Valencia le ha mirado un tuerto o le han echado un mal de ojo de cuidado. En Mestalla no desprecían una confabulación esotérica. La naranja mecánica , aquel destructor diésel de juego espartano y fiabilidad germánica, se cae a cachos pocos meses después de festejar un doblete (Liga y UEFA). El derrumbe del campeón se justifica con una breve visita turística por su botiquín. Allí, tumbada en una camilla, noqueada, está su columna vertebral, una orquesta de virtuosos del juego metódico y práctico que han aupado al conjunto valenciano a la aristocracia europea y cuya ausencia deja a Ranieri con una plantilla desnuda de carácter, irreconocible, perdida por la Liga, eliminada en la Copa y esperando un milagro en la Champions . Primero cayó el muro Ayala, luego la zurda mágica de Vicente y en las últimas jornadas se ha sumado a la lista de bajas Aimar (que podrá jugar mañana ante el Zaragoza), Marchena y Albelda. A todo ello, el enfrentamiento por la renovación de Mista dejó a Ranieri sin su pichichi .

El Valencia crea un circo y le crecen los enanos y a los payasos les entra una depresión de caballo. La primera china le tocó a Ayala. Fue con Argentina a Atenas y volvió con el oro, sí, pero con una rotura de menisco y varios meses de baja. El seísmo inicial, Supercopa incluida, fue controlado y el equipo se agarró a la estela del Barcelona en la Liga, gracias a la chispa de Vicente, roto en Bremen por un esguince de tobillo.

Una defensa en cuadro

Desde entonces el equipo ha desaparecido y se ha convertido en un fantasma que destila pesimismo. Nueve partidos sin ganar y el pecado capital de dejarse la Copa del Rey a las primeras de cambio en Lleida ponen al Valencia contra las cuerdas y en una posición indigna para su reciente trayectoria (es séptimo con 15 puntos). En la mala racha queda también el susto que sufrió el payasito Aimar tras recibir una patada voladora del atlético Pablo. El malabarista argentino sufre una rotura doble en el maxilar pero volverá mañana.

Si todo esto era poco, el último golpe pulverizó al Valencia por el mismo centro de gravedad. El capitán Albelda, el motor anímico del grupo, se rompió y no jugará --no podía hacerlo al estar sancionado-- al sufrir una rotura fibrilar. Las ausencias de Marchena (esguince cervical) y Navarro (problemas en los isquiotibiales) dejan a Ranieri con la defensa en cuadro y con sólo dos defensas marcadores (Pellegrino y Caneira).