No estuvo bien Marc Gual en Las Palmas, en la más de media hora que Víctor le dio cuando sustituyó a Soro. Ni interpretó bien el encuentro, ni dio al equipo lo que necesitaba y el técnico lo vio ofuscado y sin acierto, una sensación que aumentó la ansiedad y la negación ante el gol que ya se percibían antes. O que al menos Víctor las percibía, lo que le llevó al punto de mira tras el partido contra el Málaga, donde falló tres claras ocasiones de gol y acabó hundido y envuelto en lágrimas al final del choque. Casi 4 semanas después, el badalonés dio ayer otro paso más hacia atrás, al ser el único descarte por decisión técnica para ir a Lugo.

Víctor no comunicó al punta ayer los motivos de su descarte, tomó la decisión y el jugador la acató con las ganas de levantarse y que esa ausencia sea solo esporádica, pero es evidente que Gual tiene ahora mucho terreno por ganar, con Álvaro enchufado y con la llegada de Linares en el mercado de enero. Tras el partido ante el Málaga, el de las ocasiones falladas, Víctor lo defendió con matices. «Hace muchas cosas en el campo. Muchas. Y hace muchas cosas bien. Te facilita con sus movimientos los pases. Presiona a los centrales. Es honrado en el campo, es generoso en el esfuerzo. Pero... a los atacantes se les juzga y se les define por el gol», dijo.

Tan así es ese juicio que contra el Rayo Majadahonda lo mantuvo porque Álvaro aún no estaba en plenitud pero su paso por el banquillo llegó ante el Oviedo, para no jugar ese día y solo la última media hora ante Las Palmas. Gual, que vino cedido en verano sin opción de compra desde el Sevilla, ha disputado 20 partidos de Liga, 16 de ellos de titular y se perdió tres jornadas por su lesión muscular ante el Osasuna.

DE DESEADO A DESCARTE / Lalo Arantegui le esperó todo el verano, donde el Sevilla jugó al gato y al ratón con las condiciones de su salida, y había muchas esperanzas puestas en él, pero, como bien dice Víctor, los delanteros viven de goles y solo lleva dos (Mallorca y Albacete) en 1.366 minutos. En Las Palmas, además de no estar certero ante el gol, no lo estuvo en el juego en general. Y así lo vio Víctor. De ahí que ayer no se subiera al autobús. Es la primera vez en esta temporada que es descartado por decisión técnica. Con Idiakez fue indiscutible, con Alcaraz alternó algún paso por el banquillo con la titularidad, que mantuvo con Víctor. Ahora, le toca otro rol.