Hay material suficiente para que José María Movilla se siente cómodo en la direccción del Real Zaragoza, labor que deberá cumplir sin desentonar puesto que el juego del conjunto aragonés va a girar casi en exclusiva alrededor de su órbita. Cuatro jugadores van a escudarle a lo largo de una temporada sinuosa, dura y atractiva que comenzará el próximo día 21 con el encuentro de ida de la Supercopa frente al Valencia en La Romareda. Generelo, Ponzio, Soriano y, con toda probabibilidad, Zapater son los futbolistas que formarán la guardia de El Pelado , un grupo numeroso y de fidelidad pretoriana. Sin embargo, forme quien forme pareja con Movilla se detectan problemas por varias cuestiones que afectan al perfil de sus acompañantes y a las limitaciones, que las tiene en aspectos concretos del juego, del último gran fichaje zaragocista.

El cerebro del equipo de Víctor Muñoz atesora, como ya demostró la campaña anterior en su condición de salvador, virtudes suficientes para capitanear la primera línea de construcción del juego, una zona de máxima prioridad para que el equipo tome forma y para que la pelota adquiera sentido en la salida. Su papel de hilo conductor es trascendental y pocos futbolistas lo interpretan con un criterio tan sencillo, efectivo y brillante. No obstante, Movi rebaja su protagonismo unos metros más allá del círculo central. No tiene pase final, ni gol, ni es un especialista en faltas directas. Tampo dispone de una golpeo duro de balón.

EQUILIBRIO Por eso es vital acertar con su pareja para hallar el equilibrio necesario con un compañero que ofrezca prestaciones compatibles pero diferentes. Si tuviera algo de llegada al área y profundidad enel centro largo sería ideal. No existe ese formato, lo que deja el puesto muy abierto, demasiado para cuatro futbolistas de gran despliegue físico, mucha disciplina y de notable aprovechamiento táctico. Queda por saber si será suficiente para que el Real Zaragoza gobierne con autoridad ese territorio tan importante.