«Cuando detuve el penalti solo pensé en correr hacia mis compañeros. Sentía que lo habían parado ellos y quería abrazarlos y celebrarlo juntos». El recuerdo pertenece a Carlos Azón, el portero del Real Zaragoza juvenil que pasará a la historia como el guardián de un sueño. Su mano derecha detuvo el penalti definitivo en la tanda y otorgó al club aragonés el primer campeonato de España de la categoría de su existencia. Casi nada. «Pero aquí los héroes somos todos porque hemos hecho un gran campeonato y el trabajo ha sido enorme en una temporada difícil con muchos jugadores nuevos», afirma el cancerbero zaragozano

. La humildad de Azón es la bandera de un equipo que insiste en definirse como «una familia». «Muchos nos conocemos desde alevines y somos inseparables dentro y fuera del campo», expone el aragonés, que considera esa complicidad la «clave» del éxito. «Somos amigos y hermanos desde que teníamos 7 u 8 años». Aunque, para Azón, el Zaragoza también ha hecho historia porque «la gente que salía de suplente siempre aportaba muchísimo. Nada de cabezas abajo, todos éramos titulares». Azón admite que temió lo peor tras el fallo de Javi Hernández en el primer penalti. «Entonces lo vi complicado. Por suerte, ellos también fallaron y tuve claro que era nuestra oportunidad». Y lo fue.

Su parada desató una locura que se trasladaría luego al vestuario y al autobús y que presidió las once horas de trayecto desde Vigo. «Se nos hizo muy largo, pero tratamos de pasarlo de la mejor forma posible sin parar de cantar, con música a tope en los altavoces y haciendo vídeos con la música de la Champions». Sí, la Champions. La Youth League que, también por primera vez en la historia, disputará el Real Zaragoza la próxima temporada. «Ahora vamos a por la Copa del Rey y a hacer más historia y luego seguiremos imaginándonos lo increíble que será llevar el nombre de Zaragoza por Europa. Eso es algo que nos enorgullece muchísimo», asegura el portero.

Él, como otros muchos compañeros de equipo, acuden con asiduidad a La Romareda a presenciar los partidos del primer equipo. «Escuchar aquí el himno de la Champions sería una locura», reconoce. Apoyo masivo Desde aquella parada, los mensajes no paran de llegar a su móvil. «No sabía que tanta gente estaba detrás nuestro. Es un orgullo que así sea». Entre esas felicitaciones, claro está, figuran las de su familia, esa que apareció por sorpresa en un vídeo preparado por el cuerpo técnico la víspera de la gran final y que, posteriormente, irrumpiriá en la sala del hotel. «Lloré mucho aquella noche. Muchos lo hicimos. Fue increíble», admite Azón.

Quizá entonces, el Zaragoza marcó el primer gol de esa tanda de penaltis que le abrió las puertas del cielo. Quizá esa sorpresa fue algo más. Quizá lo fue todo. «Nos ayudó mucho a encarar el partido con más confianza», subraya el portero zaragozano, que añadió otro logro histórico a la gran gesta. Y es que el Zaragoza se proclamó campeón sin recibir un solo tanto en todo el campeonato. «El Atlético de Madrid había marcado más de cien goles y encajado muy pocos. Así que sabíamos que nos iban a llegar, por lo que desde el delantero había que empezar a correr. Y lo hicimos». Historia pura. Bendito sueño.