El presidente del Girondins de Burdeos, Stéphane Martin, anunció ayer la suspensión durante una semana del entrenador, el exzaragocista Gustavo Poyet, que el miércoles lanzó una diatriba contra sus dirigentes por haber transferido contra su voluntad y a sus espaldas a Gaëtan Laborde.

Martin señaló que una vez que pase esta semana de suspensión habrá una nueva entrevista con Poyet y luego «todo es posible», en alusión a un probable despido. «No se puede tolerar que un cuadro superior diga tales cosas de una institución», subrayó el presidente, que refiriéndose al uruguayo señaló que «tener personalidad y temperamento no excluye respetar reglas básicas y una institución».

Poyet dijo el pasado miércoles que había sido su «peor día» desde que llegó al equipo y agregó que «lo que ha hecho el club con Laborde es una vergüenza. Lo han hecho contra mí, contra los jugadores y contra los aficionados. No puedo aceptarlo», palabras que han enfadado a su club.