El refugio de Góriz, situado a 2.100 metros a la sombra del Monte Perdido, es uno de los más solicitados del Pirineo. "Hace un mes que decimos a todas las llamadas que Góriz está completo todo el verano. Hay gente que llega a las seis de la tarde y que no tiene otro remedio que dormir al raso", afirma Endika Uriondo, guarda de Góriz. En agosto hay overbooking en el refugio y sus alrededores. "Esto parece un camping algunos días del 15 de julio al 15 de agosto. Llegan a plantar hasta 50 tiendas de campaña en una noche en la pradera próxima". El mayor problema es el de la basura. "Llegan los visitantes y preguntan dónde está el contenedor o la papelera. Pero no entienden que deben bajarse los desperdicios a la civilización", dice Uriondo. Góriz no da a basto con la "depuradora. Y la gente viene con el neceser y la toalla y pregunta dónde está la ducha". Endika Uriondo explica que los guardas trabajan en precario. "Durante tres meses, cinco de los siete trabajadores dormimos en tiendas de campaña".