Para el que lo quería ver y denunciarlo, ahí estaba el agujero negro desde hacía muchos años. Sin embargo, no ha sido hasta ahora, cuando alrededor del Real Zaragoza ha empezado a revolotear la posibilidad de la desaparición, cuando se han apreciado con toda su crudeza cuan afiladas estaban las orejas del lobo y cuan grande ha sido el destrozo económico que Agapito Iglesias ha hecho en el Real Zaragoza estos ocho años.

La SAD tiene sobre la mesa una colección de match balls que salvar en un mes. El primero, y sin el que no habrá segundo, es la aprobación de Hacienda de un calendario de pagos de una deuda millonaria, generada tras años de incumplimientos y fiel reflejo de la vergonzante condescendencia que ha habido en España con los clubs de fútbol. La Agencia Tributaria está apretando y le exige a la SAD lo que le corresponde. Es su deber. ¿Pero la ahogará?