Haimar Zubeldia no tiene tiempo de contemplar el paisaje con viñedos que rodea la ciudad de Nuits de Saint Georges. En el interior del autobús de su equipo, el Trek, que también lo es de Alberto Contador, sorbe café --por cierto de la marca que patrocina a la escuadra-- y debe renunciar a una copa del mejor borgoña que se doctora en las bodegas cercanas a la meta.

Atrás, ya ha quedado la época en que lideraba al desaparecido Euskaltel en compañía de Iban Mayo. "Tengo una foto del Tour del 2003 en la que se me ve coronando el Tourmalet en compañía deArmstrong, Ullrich y Mayo". A los 40 años vive la última ronda francesa en activo -cuenta con 16 participaciones, las mismas queJoop Zoetemelk y una menos que O’Grady, Hincapie, Voigt y Chavanel- sintiéndose feliz, disfrutando de cada kilómetro, tratando de cuidar a Contador y de reservar la emoción final cuando el domingo 23 de julio atraviese por última vez la línea de llegada en los Campos Elíseos.

"Con 40 años predices más las cosas. También eres más cauto sobre la bici y apuras más a la hora de luchar por la posición en el pelotón". Sorbe un poco de café. Se le ve relajado. "Recuerdo toda la presión que tenía cuando era el jefe de filas del Euskaltel. A veces te pesaba como una losa". Hasta cinco 'top ten' en París contemplan su carrera profesional. "Solo lamento no haber podido ganar una etapa y eso que una vez luché por la victoria y no pude con Vinokurov".

En su hotel, los periodistas están pendientes de los movimientos de Contador y Zubeldia trata de pasar desapercibido. Y eso que llegó al Tour de rebote tras una desilusión de tal dimensión al no verse convocado que casi se podría decir que la llamada de última hora lo cogió en bañador en la plaza de Zarautz. "Tuve que hacer la maleta deprisa". Sucedió que la última plaza de las nueve del Trek para el Tour, a la que él aspiraba, se le asignó al portugués André Cardoso y, sorprendentemente, el 27 de junio se hizo público que había dado positivo por EPO en un control fuera de competición. Algunos no aprenden y parecen tener el cerebro de una cabra. Lo llamaron de urgencia, justo después de haber publicado un tuit en su cuenta en la que solo se veían corazones rotos. "El Tour era el aliciente por el que seguí este año. Si no lo corro, no sé si me hubiese vuelto a poner un dorsal, a no ser en alguna aventura en bicicleta de montaña con mi amigo Milton Ramos, que me quiere enredar". Ramos es uno de los mejores especialistas en pruebas de maratón en mountain bike, natural de Honduras, hace muchos años que vive en Sabiñánigo y es compañero de entrenamiento de Zubeldia.

"Coincidí con Contador en la temporada 2009 y corrí con él el Tour de aquel año, que ganó. Entonces había un ambiente diferente en el equipo. Alberto también era más joven. Ahora, a más edad, se le va más sereno. Pero aquel fue un Tour complicado". Así fue porqueLance Armstrong estaba en el equipo y la relación entre Contador y el tejano era nula. Contador siempre defiende que tuvo que disputar dos Tours, uno en la carretera y otro en el hotel. Ciclistas como Zubeldia muchas veces tuvieron que aceptar órdenes de la dirección del equipo que no eran del todo agradables. Ahora disfruta. Y quiere hacerlo también las cuestas que toavía han de llegar.