Desde que Serena Williams ganó el Abierto de Australia el año pasado y sumó su 23 Grand Slam en su palmarés, para retirarse temporalmente para tener a su hija, no ha habido una campeona que haya repetido en un Grand Slam. Jelena Ostapenko (Roland Garros), Garbiñe Muguruza (Wimbledon), Sloana Stephens (Abierto de EEUU) y este año Carolina Wozniacki (Abierto de Australia) han seguido a la número uno estadounidense. Ahora la rumana Simona Halep, número 1 mundial, intentará hoy en Roland Garros (15.00, TMAX abierto) añadirse a la restringida lista.

Para Halep será su cuarto intento en una final de Grand Slam y el tercero en París, después de perder en el 2014 la final ante Maria Sharapova, el año pasado ante Ostapenko y en enero en Melbourne ante Wozniacki, en un duelo de números 1 sin título.

"Merece serlo y apuesto por ella, contra Muguruza jugó uno de sus mejores partido que le he visto", decía su compatriota y extenista Ion Tiriac, propietario del Masters 1.000 de Madrid, que la rumana ha ganado en dos ocasiones. Halep se ha convertido en la gran deportista de Rumanía y está sometida a una presión que en las finales la agobia. La última campeona rumana fue Virginia Ruzici, ya hace 40 años.

EL CASO LENDL

Por eso, tras ganar a Muguruza ya hizo notar esa presión de las finales perdidas. "Podemos hablar de otra cosa, el tiempo por ejemplo", bromeó a los periodistas. No es el único caso de grandes campeones a los que que le costó ganar su primer Grand Slam. El checo Ivan Lendl, sin ir más lejos, tuvo cinco intentos fallidos antes de conseguirlo.

Halep se enfrentará a Stephens, una jugadora que, por contra, en su primera aparición en una final logró el título en el Abierto de Estados Unidos del año pasado. La estadounidense, de 25 años y número 10 mundial, ha perdido 5 veces de 7 enfrentamientos con Halep, el último en tierra precisamente en los octavos de Roland Garros en el 2014 (6-4, 6-3). El dato amenazador para Halep es que la estadounidense ha ganado las seis finales que ha disputado en su carrera.