El 24 Grand Slam para Serena Williams deberá esperar una vez más. Simona Halep le ha arrebatado esa opción en Wimbledon al imponerse en la final por 6-2 y 6-2. La tenista rumana ha conseguido el segundo grande de su carrera después de vencer en Roland Garros en el 2018. Es también un triunfo en su primer intento en pisar la central para disputar la final.

Halep ha roto de entrada el servicio de Serena. La tenista rumana ha entrado en la central con las ideas muy claras. La clave era mover a la exnúmero 1 y evitar que pudiera pegar parada con su poderosa derecha. En cuatro juegos ha encadenado 9 errores no forzados y ha perdido su servicio en dos ocasiones. Un recital de Halep que le ha permitido adelantarse 4-0, ante la sorpresa de los 15.000 aficionados de la central.

Serena no ha ganado su primer juego (en blanco) hasta los 13 minutos. La estadounidense ha sacado su cañón en el siguiente juego y ha tenido el primer break point, pero Halep se ha revuelto para salvarlo y poner el 5-1 en el marcador. Ventaja suficiente para llevarse el primer set en 26 minutos.

En el segundo set Serena ha intentado intimidar a Halep con sus gritos huracanados que resonaban con potencia viendo que, por golpes, la rumana le había colocado la bola en puntos inaccesibles para correr tras ella. Apoyada en su servicio la estadounidense ha conseguido apuntarse el primer juego en el inicio de la segunda manga. El pulso tomaba una dirección emocional en la que Serena confiaba dar la vuelta al marcador.

Pero Halep no estaba dispuesta a ceder. La rumana había pisado la hierba dispuesta a no salir nuevamente derrotada. Nueve veces de 10 había perdido ante Serena. Y a los 45 minutos logró su segundo break del partido (3-2) y adelantarse 4-2. Los ánimos a Serena del público no la ayudaban demasiado tampoco. Serena cometía error tras error, impotente de devolver los golpes y ya no ha ganado ningún juego más.