Mientras Sebastian Vettel anuncia su fichaje por Ferrari, entretanto que Fernando Alonso aclara su futuro entre Mercedes o McLaren, y en medio de la amenaza de un plante de Force India, Sauber y Lotus para la carrera de hoy buscando un reparto más justo de los ingresos de la F-1, el título se dirime entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg. Y en este ambiente tenso, convulso, se desenvuelve mejor el alemán, autor de la pole, la novena del año, mientras su compañero, acogotado por la presión y con un pequeño problema en los frenos, dejó escapar unas décimas preciosas en dos pasadas de frenada que le harán partir segundo, un hándicap importante en el Circuito de las Américas, donde salir por la derecha penaliza y mucho.

HAMILTON, MUY NERVIOSO

Toto Wolf quiere aparcar el asunto de la renovación de Hamilton hasta la conclusión de la temporada en Abu Dabi. Para qué esperar si quieres renovar a un piloto, que, si se corona, te costará más. Pues, simplemente, porque la sombra de Alonso planea sobre la cabeza de Hamilton. De momento, lo primero que ha hecho el inglés es cortar de raíz las relaciones con su representante actual, Simon Fuller, el mismo que pidió 105 millones por tres años hace unos meses. Ahora, será él mismo quien lleve esa negociación en un intento de evitar que sea Alonso el elegido para sustituirle en el 2016.

Y eso siempre pesa. Puede que haya tenido que ver con sus errores en las clasificación. «Sí, he tenido algunos problemas con los frenos, pero no puedo decir que la pole se haya escapado por eso», reconoció Hamilton, bastante decepcionado. Su compañero sabe que es el momento de hacer sangre y de hacer equipo. «El mérito es de los chicos -dijo, pelotero, el alemán-. Me han hecho un gran coche. Tenía algunos problemas de equilibrio el viernes, pero todo se ha solucionado». ¿Presión por tener que remontar ante Hamilton? Rosberg no sabe lo que es eso. «La presión es siempre para el que va delante, la presión es para quien puede perder, no para quien pude ganar, y yo solo tengo cosas que ganar porque voy segundo».

El mejor aliado de Rosberg puede ser Valtteri Bottas, autor del tercer mejor tiempo, que saldrá, como el alemán, por la parte limpia. «La salida será importante, la primera curva también, como siempre, pero estoy preparado», asume Rosberg, que intuye el ataque de Bottas. «Perdón, chicos, por la clasificación, pero la carrera puede ser un día muy grande», les dijo el finlandés a sus ingenieros por radio. Cometió dos errores en su intento bueno, pero sabe que, como dos semanas atrás en Sochi, en carrera puede encontrar el ritmo para incordiar a uno de los Mercedes si tienen problemas. De momento, le pondrá las cosas muy difíciles a Hamilton en la salida, él sí que no tiene nada que perder.

EL PAPEL DE FERRARI

Por detrás de los Mercedes, de los Williams y del Red Bull de Daniel Ricciardo, aparece Fernando Alonso, en un sexto puesto que ilustra el potencial de Ferrari, que, más o menos, se ha pasado en esa línea durante toda la temporada, el año en que el bicampeón asturiano se hartó. De nuevo Alonso superó a Kimi Raikkonen en la crono, en una continuación de todo un repaso a lo largo de la temporada. Nunca antes en la historia de la F-1 se había dado tal diferencia entre dos compañeros de equipo campeones del mundo.

En realidad, Raikkonen solo ha estado por delante de Alonso en las dos ocasiones -en carreras- en las que el asturiano ha sufrido averías. «Es a lo que podíamos aspirar hoy», dijo realista Alonso sobre la posición que ocupará en la parrilla de salida del GP de EEUU. En carrera siente aún la amenaza de los McLaren, que salen por detrás. Evidentemente, Alonso es el primero que sabe que tiene materialmente imposible el podio, que era el premio que siempre perseguía cuando no podía ganar.