Cabría intuir un gran premio soso, una victoria clara de Lewis Hamilton, un nuevo Mundial para las flechas de plata. Esa es la fotografía que deja la clasificación del GP de España. Hay, sin embargo, más lecturas. La primera es que «si llueve, como parece, la carrera quedará patas arriba y todo puede ocurrir», desea Fernando Alonso, autor de una octava posición (justo por delante de Carlos Sainz), la mejor crono del año para McLaren.

La segunda es que los Mercedes aventajan a los Ferrari en solo un par de décimas y aún restan muchas evoluciones de ambos equipos. Y la tercera es que el fenomenal lío con los neumáticos abre muchas posibilidades para esta carrera y para las que restan. «Hemos hecho tres mangas de libres y una clasificación y aún no lo tenemos claro con los neumáticos. Yo, al menos, no sé cuál es más rápido», resume Max Verstappen, el niño prodigio que rompió todos los récords de juventud al ganar en Montmeló su primera carrera dos años atrás. Viene de chocar su coche en las cuatro carreras anteriores y las dos milésimas que le separan de su compañero Daniel Ricciardo reflejan que los dos Red Bull dieron el máximo. Aún así, están demasiado lejos de la pole, a seis décimas. Y esa diferencia sí les descarta para luchar por el Mundial.

Otra cosa es ganar carreras, como hizo Ricciardo en China, y como podrían repetir cualquiera de los dos Red Bull si la lluvia aparece sobre Montmeló. De momento llovió en la tarde del sábado y «eso hará que la pista se quede sin goma. Serán unas condiciones nuevas para todos de nuevo y los Ferrari están cerca. Pero soy optimista, necesitaba esta pole y la he conseguido», resuelve Hamilton tras aumentar la mejor marca de todos los tiempos a 74 poles y pulverizar el récord de la pista de Montmeló. «Cuando llega el ‘Hammer Time’ en la crono, no hay nada que hacer» se resignó Vettel, algo decepcionado.

Será interesante ver cómo reacciona Mercedes al envite que Ferrari planteará con una estrategia partida para Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen o qué suerte corre cada uno de ellos cuando la más que probable posibilidad de coche de seguridad se concrete. Esas son las bazas a jugar también por los españoles. Fernando Alonso arranca en octava posición tras la mejor clasificación del año para McLaren.

«Las evoluciones han funcionado, hemos dado un paso adelante y ahora necesitamos otro para acercarnos a los de arriba». De momento, está a segundo y medio de la pole, demasiada distancia para pensar en jugar en esa «otra Liga». Tendría que formarse un auténtico caos para ello, un terremoto que solo puede llegar con el agua. «La lluvia puede dejar patas arriba la carrera y todo puede pasar». En agua o en seco, deberá batallar durante más de 60 vueltas con su mejor alumno, su amigo, Carlos Sainz, que arranca noveno. «El equipo hizo un gran trabajo y el coche mejoró mucho desde el viernes. Estoy contento», dijo el madrileño».

Los dos hijos de Shakira y Gerard Piqué tuvieron ayer el privilegio de sentarse al volante del monoplaza de Hamilton y de ponerse el casco de los pilotos de Red Bull, Ricciardo y Verstappen. Mientras, su padre compartía animada tertulia con Hamilton.