Partido decisivo del título liguero de fútbol sala. Es un 24 de junio de 1995. Casi 12.000 espectadores revientan las gradas del Príncipe Felipe. El Pinturas Lepanto está a punto de hacer historia para Zaragoza. Puede lograr el primer título de Liga para un equipo de la capital aragonesa.

Los zaragozanos se enfrentan al todopoderoso Interviú Boomerang, el mejor conjunto de la historia del fútbol sala español. En el primer encuentro ganaron los madrileños en su casa por 3-1 y siete días más tarde le dio la vuelta a la tortilla el equipo de Luis Ángel Corredera en el Príncipe Felipe. Ganó el Lepanto por 4-3 con tantos de Galo, Santi y dos de Martín.

Llegó el partido decisivo. El Pinturas Lepanto dominó el partido. Se colocó con 4-3. Pero a falta de tres minutos el pabellón enmudeció. El Interviú lograba el empate por medio de Richard. "Jugábamos muy bien y de repente nos empataron. Interviú Boomerang era el equipo que lo ganaba todo. Teníamos un presupuesto de 30 millones de pesetas y ellos casi 100 millones", dice 16 años después Juan Gómez Galo, que ahora entrena en el colegio San Antonio.

Explosión

Y segundos más tarde llegó la explosión. Galo lograba el segundo de sus tres tantos en el partido final. "Aún veo la jugada. Paralela de Totó con Santi. Tira Totó, rechace del portero, llega al segundo palo Galo y mete gol", cuenta Francisco Javier Kake, cierre del equipo. Después remachó galo con el 6-4 final. Kake era técnico y elegante en su posición, pero uno más de un equipo en el que la mayor parte de los jugadores habían nacido en Aragón. Llegó desde Guinea Ecuatorial a los 8 años y se nacionalizó español. Destacó en el fútbol sala en San Viator y Corredera lo fichó para el Pinturas Lepanto. Ahora tiene 43 años y trabaja de comercial.

Corredera captó a los mejores de la cantera del fútbol sala de Zaragoza y en cuatro años alcanzó la cima con el título liguero. "Ahora me doy cuenta que es muy difícil lo que se hizo. Se lograron muchas cosas muy rápido y pensabas que todo estaba chupado con este equipo. Se hizo una hazaña con gente de casa", afirma Carlos Calvo, portero del Lepanto junto a Emilio.

El deporte zaragozano se revolucionó con el fútbol sala. Ese mismo año ganó el Real Zaragoza la Recopa en París. "Hubo reventa y en el segundo partido se cayó una grada al celebrar un gol detrás de la portería. Y el tercer partido empezó más tarde puesto que había mucha gente fuera del pabellón", recuerda Galo.

El afamado Luis Ángel Corredera fue el entrenador de equipo. "Tuvo la habilidad de sacar el máximo rendimiento a esta piña de jugadores. El hizo crecer a todos. No tiene nada que ver su mala gestión económica con la sensacional gestión deportiva", reconoce Calvo. Galo da el mérito que tiene la labor del polémico técnico. "Era todo en el club, entrenador, presidente, organizaba los viajes, negociaba los contratos con los jugadores... Sabía tocar la tecla en el vestuario para que todos saliéramos enchufados al campo", dice. Herrero y Corredera no terminaron su trayectoria siendo los mejores amigos del mundo. "Era inteligentísimo. Utilizaba argumentos que a mí no me gustaban, el enfrentamiento directo con el jugador. Está claro que funcionó", dice Herrero, que ahora prepara al Umacon de máxima categoría.

La competencia y el compañerismo fue clave en el éxito. "El banquillo fue decisivo y los entrenamientos eran partidos verdaderos. La gente crecía en ellos", dice Calvo, que ahora es mecánico de máquinas industriales. El patrocinador respaldó de forma definitiva a un equipo de cantera plagado de estrellas. "Tuvimos mucha suerte con Pinturas Lepanto, una empresa familiar", explica Calvo.

Los héroes del Príncipe Felipe ven con nostalgia la gloria de aquellos años. "Los chavales buenos se nos pasan al fútbol por mucho que tu hagas. Tienen la referencia de la selección española", dice Galo. Nunca se repetirá aquella quinta. "No veo a nadie que sea capaz de pasar lo que pasó Galo hasta que llegó a ser Galo", reconoce Herrero.