No hacía mucho que había dejado el biberón cuando ya daba sus primeros pasos en el mundo del kárate. "Empecé a los dos años. Yo entreno en el gimnasio de mis padres (el Kajuki), así que como ellos eran profesores, pues el gimnasio era y es como mi segunda casa y estoy allí todos los días", explica Oneida Arribas (Zaragoza, 1998). La selección española la ha elegido para acudir al Europeo júnior de Lisboa en la modalidad cadete de menos de 54 kilos, en la que será su segunda experiencia en una competición de élite.

"Es mi segundo torneo internacional. El primero fue el Mundial de diciembre en Guadalajara. Pasé unos cuantos combates, pero no llegué a hacer podio. Me eliminaron en la cuarta ronda", recuerda. No obstante, tras acumular minutos de combate, Oneida se siente con confianza para asaltar las primeras posiciones en Portugal. "Espero llegar a hacer podio. Estoy entrenando bastante, y por lo que vi en el Mundial, creo que tengo posibilidades", afirma la aragonesa, quien además sabe quiénes pueden ser sus rivales, ya que las que conoce de la cita mundialista. "Casi todas las que hicieron podio eran europeas", añade.

Si con dos años ya correteaba por el tatami, su precocidad también apareció a la hora de iniciarse en la competición, puesto que lo hizo con siete años. Y eso que entonces no le motivaba. "Tengo rachas. De pequeña me gustaban más los katas, pero ahora prefiero competir", señala. Y, a juzgar por los resultados, no se le da mal. Mucho tienen que ver sus padres, profesores de kárate, aunque ellos dejan que su hija tome sus decisiones. "No me presionan, quieren que haga lo que quiera. Cuando compito, me dicen que no pierda la calma, que sea yo misma", zanja.