El Tecnyconta Zaragoza jugará la próxima temporada en la ACB. Será la décima campaña del club aragonés en la máxima categoría, la novena consecutiva, tras firmar la salvación en una jornada perfecta. El equipo aragonés ganó en Málaga el sábado (82-83) y ayer hizo lo propio el Joventut (95-87 al Fuenlabrada) y cayó el Bilbao Basket frente al Baskonia (74-78). Así, a falta de dos partidos para el final, son Betis y Bilbao quienes terminarán en puestos de descenso. A diferencia de hace un año, el Tecnyconta se salva por méritos propios y aún tiene dos jornadas para disfrutar de la competición sin tanto sufrimiento. Y para seguir viendo en acción al héroe de esta temporada, Gary Neal.

La victoria en Málaga y la salvación del Tecnyconta llevan grabado a fuego el nombre del escolta de Baltimore. Sin su presencia en Zaragoza la historia hubiera sido bien distinta y su huella será recordada durante mucho tiempo. Para siempre quedarán los números. El sábado batió el récord de anotación en un partido de un jugador del Tecnyconta. Se superó a sí mismo tras haber igualado a Benzing con 32 puntos en la jornada 8, elevando el listón a 36 contra el Obradoiro y convirtiendo 37 en el Martín Carpena. Los 39 créditos de valoración le concedieron el cuarto MVP de la jornada que gana este curso. Lleva también tres MVP del mes: noviembre, febrero y abril.

Eso es lo que se ve. Quienes trabajan con él a diario aseguran que en el día a día es, al menos, tan espectacular como en los partidos, si no mejor. A su calidad, algo fuera de toda duda, añade otras virtudes entre las que destacan la sencillez, el compañerismo y la implicación. Basta ver las imágenes de la celebración en el Carpena, en las que es el que más salta y grita, para intuir hasta qué punto se ha involucrado con el equipo. Es un tipo abierto y afable que habla con todo el mundo y que trata a todos con el mismo respeto y consideración. Con especial atención a los más jóvenes, con quienes tiene gran complicidad. Es frecuente verle dar consejos a Barreiro o a los júniors que suben a entrenar con el primer equipo. Sus compañeros coinciden en que no se comporta como cabría esperar de alguien que ha sido importante en la NBA.

Gary Neal desmonta el tópico del americano que va a lo suyo con una mezcla de gratitud y profesionalidad. Gratitud porque después de un año y medio sin jugar Zaragoza le ha dado la oportunidad de volver a sentirse jugador de baloncesto, y eso no tiene precio. Profesionalidad porque trabaja con la máxima atención y cuidado para estar en su mejor forma el día de partido. La lesión de cadera que le obligó a pasar por el quirófano le sigue dando la lata. Neal precisa de cuidados especiales pero entre el trabajo que realizan los fisios Juan Carlos Palacio y César Hidalgo y su capacidad para medir sus esfuerzos, consigue no solo llegar a punto a los partidos, sino también hacerlo con la resistencia necesaria como para estar hasta 38 minutos en pista, como en Málaga.

Con el cuerpo técnico su trato es de máximo respeto. Formado en el baloncesto estadounidense, en el que la figura del técnico es indiscutible, Neal escucha, atiende y acepta. En ocasiones propone cosas, situaciones de juego, pero nunca rebate al entrenador. Incluso le molesta que en la pista el equipo no haga lo que se ha marcado en la pizarra. Acepta las correcciones, estudia al rival y pide consejos sobre cómo superar una defensa o cómo frenar mejor a un oponente. Su conocimiento y control del juego es tal que solo hace falta decirle las cosas una vez para que las ejecute con precisión. En los entrenamientos también deslumbra con sus acciones.

Neal ha encajado a la perfección en Zaragoza y en el Tecnyconta. En su tercera etapa en España, y pese a tener a su esposa y tres niños lejos, está perfectamente adaptado a la ciudad. En la pista, él sabe que es el mejor aunque no haga ostentación de ello y el resto del equipo ha asumido con toda naturalidad que es el jugador franquicia, al que hay que buscar para que resuelva, el que tiene que tener el balón en los momentos calientes de partido. Se lo ha ganado no solo porque mete una media de 20 puntos por partido, sino porque lo hace sin abusar del tiro, generando asistencias, capturando rebotes, aportando mucho más que canastas. Gary Neal es el MVP como jugador y como persona.