Grandes escenarios para grandes encuentros. Y grandes esfuerzos para mejores logros. España, vestida de gala, se presentó en el Tele2 Arena como si llevara años jugando en estadios de fútbol. Y convenció a los 33.000 espectadores de que no es necesario disponer de grandes líderes si se tiene un buen equipo. Aunque antes de lograr la machada sufrió como lo había hecho ante Croacia. La segunda mitad estuvo a punto de apagar una brillante primera media hora. Pero no lo hizo Y España logró el billete para la final imponiéndose 34-32.

El encuentro empezó con 15 minutos de retraso debido a la agónica y brillante primera semifinal. La tardanza pareció descentrar a los Hispanos, que olvidaron cómo marcar. Los primeros cinco lanzamientos de tradujeron en cinco errores. Y Eslovenia, que se presentaba al encuentro como el mejor espejo de España soñó con la sorpresa. Poco le duró.

Excelente defensa

Porque si algo bueno tiene esta selección es que de no marcar, defiende y en un abrir y cerrar de ojos puede darle la vuelta a cualquier marcador. Así fue. Dos defensas fueron suficientes para empatar la contienda. Y unos minutos más sirvieron para ponerse por delante en el marcador. Dujshebaev, que se había mostrado desentonado, marcó el tanto que desequilibraba el tanteador. Era un aviso de lo que se venia.

España recordó pronto a qué había venido. Y ni las situaciones de inferioridad le hicieron daño. Porque el problema de medirse a los Hispanos no es táctico ni organizativo. Que también. Es más bien energético. Mientras muchos de los semifinalistas acumulaban más de cinco horas de juego, no había español que llegara a los cinco dígitos. Por eso, a Eslovenia no le bastó con presentarse como la nueva España

Once de los 16 eslovenos están entrenados por técnicos españoles. Pero la masterclass del juego combinativo les llegó en el Tele2 Arena. Sarmiento recordó el mago que lleva dentro, Entrreríos se encargó de inmortalizar su balonmano y Solé reclamó protagonismo desde el silencio. Vranjes pidió tiempo muerto cuando solo perdía de dos. La idea era buena.

Torbellino español

Sin embargo, no hay circulación ni calidad capaz de resistir ante una buena defensa. Ni motivación suficiente para detener un torbellino. Con la seguridad lograda en defensa, los Hispanos decidieron poner una marcha más e iniciar su show. Tomaron lo mejor de lo suyo. Pero también del resto de deportes. Asombraron a un estadio de fútbol, se apoderaron del extra pass de la NBA y percutieron al ritmo del mejor balonmano. El homenaje llegaría antes del descanso. Ribera mandó un fly para cerrar la primera mitad. Y España no falló.

Con la ventaja de cinto tantos en el tanteador, la segunda invitaba a la relajación. Y apareció. Eslovenia se permitió el lujo de encontrarle huecos a la defensa española. Solo a la 6:0. Porque la que a priori era la mejor forma de detener a los balcánicos no funcionó Por eso, en cuanto empezó el intercambio de tantos, el seleccionador adelantó a sus guerrilleros para apagar la luces de Eslovenia.

Vranjes advirtió en la previa que la mayor dificultad del partido se encontraba en el muro español. Pensó saber derribarlo. O eso le hizo creer el talentoso Bombac y la segunda oleada de su equipo.

Pero terminó chocando contra él. Como chocó contra la inteligencia del ataque hispano. Cuando la renta se minimizaba, aparecía la pizarra. Y no hay nacionalidad que mejor se maneje en ella. Ribera emparejaba a los pivotes con Dolenec, acostumbrado como está a no defender en el Barcelona, e insistía en los desdoblamientos. Mover a los eslovenos permitía lanzamientos claros desde la esquina, donde España se mostró infalible.

Cambio de balón

A diez minutos del final, los colegiados decidieron sustituir el balón. Cambió el esférico, también el guion. Menos lucida que en la primera mitad, España fue restando minutos para su segunda final continental consecutiva y se olvidó de marcar. Vranjes intentó hacer mella con siete jugadores de campo y un doble pivote. Fue un intento a la desesperada que se encontró con el brazo de Dujshebaev y la calma de quien se acerca al oro.

El cambio de defensa sí le funciono. A tres minutos del final, los balcánicos se situaron a dos tantos. El fantasma del último partido volvía a aparecer. Pero esta vez salió el coraje del mejor Dujshebaev. 10 segundos, un tanto arriba y pasividad. No lo dudó. El esférico fue dentro y los Hispanos regresan a la final.

Enfrente tendrán a Croacia, aquel rival idéntico en resultados y pasos. La buena noticia es que Duvnjak, Karacic y Stepancic se lo jugaron todo en un partido que pareció eterno. Y que el azulgrana Cindric parece no estar recuperado. El desempate llegará en la final del campeonato. Y tiene el doble premio de un oro y una plaza olímpica.

LA FICHA DEL PARTIDO

España: Pérez de Vargas, Corrales, Maqueda (2), Fernández (6), Entrerríos (6), Dujshebaev (6), Sarmiento (3), Aguinagalde (2), Solé (2), Goñi, Figueras, Canellas, Morros (1), Gómez (4), Ariño, Guardiola (2)

Eslovenia: Ferlin, Kastelic, Blagotinsek (5), Henigman (1), Janc (6), Dolenec (7), Cingesar (4), Ceht (1), Kodrin (1), Zarabec (2), Sostaric, Horzen, Zabic, Bombac (2), Mackovsek (3)