Siempre hay una primera vez. Y Jordi Ribera, que nunca ha ganado a Croacia, estuvo a punto de saborearla. Pero el encuentro de la igualdad terminó en tablas (22-22), enviando a España a la semifinal más plácida del torneo.

El encuentro entre las dos invictas del grupo empezó marcado por las rotaciones y la pizarra. Lino Cervar reservó al mago Luka Cindric. Y Ribera creyó que, de entrada, tocaba dar descanso a su primera línea titular. No estaban Raúl ni Álex en ataque. Y en defensa, se apostaba por el 6:0, mermada como estaba la selección por la gripe de Ángel Fernández. No les fue nada mal.

TRAJE DE GALA

Porque hay jornadas que invitan a abrir el armario y ponerse el mejor traje. Y España, que llevaba tres partidos mostrando su versión más acomodada, entendió que era el día de ponerse la zamarra de gala. Por eso, ni las decisiones arbitrales, capaces de desesperar al mismísimo Aguinagalde, ni la desventaja de un pabellón a rebosar de aficionados croatas, sacaron a los Hispanos de su camino hacia la reválida.

Aunque no fue nada fácil. La primera prueba no tardó mucho en aparecer. Una exclusión dudosa envió a Cañellas al banco junto a Ferrán Solé. España se quedaba con cuatro sobre el 40x20. Pero no lo notó. Porque en las peores situaciones tiró del comodín Corrales. Y superado el examen de la doble inferioridad, solo pensó en seguir sumando.

COMO UNA FINAL

La igualdad entre ambos combinados impedía abrir brechas en el tanteador. Se sucedían los sistemas defensivos, los golpes y las jugadas. Seguía ganando el balonmano, pues el espectáculo era digno de una final continental. Un final, que España estaba dispuesta a ganar.

Aunque empezó perdiendo. La primera ventaja en el marcador la logró la selección balcánica, que se situó dos goles arriba. Movieron ficha los croatas, pero no fueron capaces de terminar la partida. A su ventaja, España respondió con sus mejores atacantes y una telaraña en la zaga. Paraba Corrales, también Sego Marin y el tanteador lo decidía la pizarra. Una mixta a Karacic en superioridad y un tiempo muerto de Ribera a un minuto del final, permitió a España irse con una ventaja por la mínima al descanso. La primera partida, la habían ganado los Hispanos.

JUEGO CORAL

Y la segunda la empezaron igual. La defensa 5:1 devolvía la mejor versión de la selección y permitía ampliar la ventaja a los cuatro tantos. La mejor primera línea del campeonato quedaba atrapada en la defensa española. Y el ataque más goleador de Europa, tomaba la iniciativa de la mano de Entrerríos y Dujshebaev.

No encontraba Croacia soluciones colectivas en ataque y todo lo reducía al talento individual. España, en cambio, deslumbraba con su juego coral. En defensa y en ataque. Porque incluso las paradas de ambos guardametas se celebraban en familia. Aunque, como un anticipo de lo que se viene, el partido regresó a la igualdad.

Después de veinte minutos de dominio español, Croacia protagonizó uno de sus finales y empató la contienda a solo cinco minutos de la conclusión. No hubo quien rompiera la igualdad. España y Croacia decidieron seguir invictas. Pero los hombres de Ribera parten con ventaja. Son primeros de grupo y están a dos finales de la reválida.

LA FICHA DEL PARTIDO

Croacia (22): Sego; Horvat (2, 1p), Stepancic (2), Mamic (2), Duvnjak (2, 1p), Mandic (-) y Karacic (10) -equipo inicial- Asanin (ps), Maric (-), Hrstic (-), Sarac (-), Musa (-), Cindric (-), Brozovic (1), Matanovic (-) y Sipic (3)

España (22): Corrales; Solé (2), Maqueda (1), Sarmiento (1), Cañellas (-), Ariño (2) y Figueras (1) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Raúl Entrerríos (4), Alex Dujshebaev (6), Aginagalde (1), Goñi (-), Morros (-), Aleix Gómez (4, 2p), Gedeón Guardiola (-) y Dani Dujshebaev (-)