Un desconocido agredió ayer a la esposa del máximo accionista del Valencia, Juan Bautista Soler, y la amenazó con "cosas peores" si su familia no deja el club. El hombre sorprendió a Adoración González a la salida de su domicilio, en una céntrica calle de Valencia, y la empujó hasta un portal donde, con un cuchillo, le asestó varios cortes superficiales en el pecho, cuello y brazos.

"No vengo a robarte sino a avisarte. Sabemos que eres la querida de Bautista Soler. Si tu marido y el resto de tu familia no deja el fútbol, será peor. No nos robaréis el Valencia. Es el primer aviso. La próxima vez mataremos a tu marido", espetó el agresor a la mujer, que quedó conmocionada pero tuvo fuerzas para acudir al despacho de su esposo situado a pocos metros, donde recibió la asistencia del SAMU. Posteriormente, se trasladó a su domicilio, en el que intenta recuperarse del tremendo susto. Adoración González es la segunda esposa del constructor Bautista Soler, viudo de su primer matrimonio. Un representante del Valencia calificó la agresión como "un acto cobarde y brutal".

COMPRA DE ACCIONES La agresión se produce una semana después de que la familia Soler adquiriera las acciones del expresidente del Valencia, Paco Roig. Por los 31.000 títulos Soler pagará a Roig 31,5 millones de euros. El constructor se ha convertido en el máximo accionista y ha delegado en su hijo Juan la representación en el consejo, del que se convirtió en vicepresidente el lunes y se perfila como máximo mandatario.

Soler se convirtió en el poder en la sombra cuando el pasado verano se lanzó a la compra de acciones, después de que Paco Roig lanzara una oferta de 500 euros por título. La intervención de Soler, que aumentó la puja hasta los 660 euros, evitó que el gran adversario del Consejo se hiciera con la mayoría. Su apoyo permitió que Jaime Ortí mantuviera la presidencia pero le granjeó el odio y los ataques de los seguidores de Roig. Además, los medianos accionistas del consejo sindicaron sus acciones con las de Soler, lo que en la práctica deja en manos del constructor el control de la propiedad, reforzado por las acciones adquiridas a Roig, quien ayer se puso en contacto con la familia Soler para darles su apoyo.

UN NEGOCIO Mientras negociaban la operación, el expresidente lanzó un órdago con anuncios atacando directamente a Soler y culpándole de la marcha de Benítez. Numerosos mensajes de móvil convocaron a los valencianistas a manifestarse ante las oficinas de la empresa de Soler y denunciaban que quería hacerse con el club por negocio. El acuerdo de compra parecía haber llevado la paz social en un club dividido desde su conversión en SA en 1992. Hasta ahora, los navajazos habían sido en sentido figurado con pactos por la espalda y traiciones. Ayer la sangre llegó, tristemente, al río.