Entre los Bad Boys de Detroit se resguardaba una rara especie de jugador que andaba de puntillas sobre el parqué, pero que bajo la camiseta escondía un rifle de fina puntería. Joe Dumars, el asesino silencioso , se cobijaba bajo la sombra estelar de Isiah Thomas o Billy Laimbeer, pero en su muda efectividad se forjó parte de los dos anillos de los Pistons. No es un caso aislado. En Zaragoza se esconde otro hombre invisible que parece que no está pero te mata sin avisar. Es José Antonio Ferrer, que en la victoria del CAI en Algeciras apareció con 17 puntos primordiales que pasaron casi desapercibidos.

El alero se siente a gusto en este rol de secundario de oro. Es el tercer máximo anotador del CAI (10,5 de media), el quinto más efectivo (49%), el cuarto reboteador (3,5) y el quinto más valorado (191) y que más juega (22 minutos por partido). Su rendimiento no deja dudas que su fichaje fue un acierto. Pero su talante humilde, reflejado en una actividad silenciosa que prima la efectividad sobre el espectáculo, le aporta menos brillo publicitario que a otros compañeros. "No me afecta porque mi compromiso es seguir trabajando por el equipo, hacerlo bien e intentar aportar todo lo que pueda", dice Ferrer.

Sin quejas

En Cajasur --donde fue MVP nacional de la Liga--, en el Lobos, siempre en la LEB, había sido el jugador franquicia . En el CAI asume el papel de subalterno. No pasa nada. Sabaté le ha quitado su sitio como titular. Sin problemas. Julbe le sacrifica como falso 4 . No se queja. Y es que no son motivos suficientes para la crítica cuando la ACB está de por medio. Un sueño por el que merece la pena ceder. "Es una de las grandes virtudes del CAI. No hay egoísmo. Ahí se explica parte de nuestro juego", explica Ferrer. Incluso hasta este anonimato, ser el sexto hombre , le beneficia. "Los rivales pueden estar más atentos a Otis o Lescano y eso es mejor para mí. Mi preocupación es colaborar con el equipo", dice.

Su personalidad no conoce los límites de la pista. Es como es dentro y fuera. "Puede que sea algo tímido. Pero también saco mi rabia de vez en cuando. Creo que se necesita un poco de todo", comenta Ferrer. Para nada le gusta esconderse y apuesta siempre fuerte. "En la Copa quería al Bilbao, porque hay que ganar a los mejores. Tengo mucha ilusión en este torneo, aunque será difícil", afirma. Aunque por encima de la Copa esta la LEB y la ACB. "Poder jugar en la élite con el CAI sería una de las mejores noticias de mi vida", dice Ferrer, el asesino silencioso del Príncipe Felipe.