El aficionado al fútbol aragonés se está acostumbrado nuevamente a vivir como mínimo un derbi de la comunidad en Segunda B. Aunque ya han pasado 30 años desde que Aragón otorgó a la categoría de bronce hasta seis representantes (Barbastro, Fraga, Teruel, Andorra, Binéfar y Deportivo Aragón), Ejea y Ebro sobreviven entre las marismas del Grupo III después del descenso del Teruel la pasada campaña. Luchán será el escenario mañana (12.00 horas) en el que ambos equipos de la provincia de Zaragoza protagonicen el primer derbi de la temporada en un homenaje a a los amantes del balompié de antaño.

Esta será la tercera vez que Ejea y Ebro se vean las caras en Segunda B. El resultado gafas (0-0) fue el principal protagonista de los dos derbis de la pasada campaña donde ambos equipos "sellaron" un pacto de no agresión que ayudó a ambos en cumplir sus objetivos. Sin embargo, el viento sopla en diferente dirección en ambas entidades durante el inicio de esta temporada.

A pesar de que la pasada jornada el Andorra le quitase al Ejea la condición de invicto, los de las Cinco Villas han firmado un comienzo de Liga sorprendente después de un verano atípico. Los de Javi Suárez suman siete puntos en cuatro jornadas gracias en gran parte ha mostrarse muy fiables en su feudo donde solamente suman victorias (Orihuela y Barcelona B). Por ello, el Ejea no quiere dejar de pisar el pie del acelerador ante el conjunto arlequinado.

Por su parte, el Ebro todavía está en proceso de encontrarse a sí mismo. Los de La Almozara, que han tenido una metamorfosis durante el verano, solo suman cuatro puntos en Liga. Manolo Sanlúcar ha conseguido otorgar al equipo un estilo de juego. Las bases ya están puestas y ahora la paciencia hará que los buenos resultados comiencen a llegar al Pedro Sancho.

Hasta el momento, el Ebro se ha mostrado como un equipo sólido atrás al que le cuesta encontrar el camino del gol. Aragón estará pendiente de su derbi que independientemente del resultado, será una fiesta.