El Club Ciclista Iberia, decano de los clubs ciclistas aragoneses y organizador de la Vuelta a Aragón, se dispone a hacer justicia con su socio más veterano, Antonio Salazar, uno de los personajes más ilustres de la historia del ciclismo aragonés. Después de haber recibido numerosos reconocimientos por parte de diversos estamentos ciclistas, entre los que destaca la medalla de oro al mérito ciclista por parte de la Federación Española de Ciclismo, ahora su propio club, cuyos colores amarillo y negro ha vestido y defendido en el terreno deportivo infinitas veces, va a rendirle un merecido homenaje.

Germán Guillén, junto con Arturo López, presidente del C.C. Iberia, Jesús Grima, Enrique Bernat y Domingo Martín conforman una comisión que viene trabajando desde hace meses para que el próximo sábado Antonio Salazar tenga un histórico reconocimiento tanto por la labor desarrollada en este club como en el ciclismo aragonés. Para Guillén las razones de este homenaje son de peso: "Antonio tiene infinidad de reconocimientos pero faltaba que su propio club le diera las gracias por su enorme labor a favor de esta entidad", señala.

Salazar nació en Alfajarín en 1918, por lo que tiene 79 años. Desde hace 75 es socio del Iberia. Eso significa que su abono se ha cubierto los dos tercios de la existencia de este club centenario. Pero los méritos de este hombre seducido por el ciclismo desde su juventud van más allá de los estrictamente deportivos: "Siempre ha sido para el ciclismo un hombre anticipado a su tiempo. Lanzó propuestas innovadoras que luego se han hecho realidad. Cuando nadie apostaba por el ciclismo en pista él ya estaba luchando por la construcción de un velódromo en Zaragoza", explica Guillén. En el Iberia, Salazar se inició pedaleando en las excursiones domingueras, a principio de los años treinta, con el mítico José Zaurín apodado El Tragakilómetros . Con apenas 20 años, Salazar se enroló en la primera edición de la Vuelta a Aragón (1939) que ganó Andrés Sancho, pero su extrema juventud no le permitió finalizarla.

Adelantado a su época

A pesar de su irrenunciable condición de iberista, Salazar trabajó durante casi tres décadas desde la Federación Aragonesa de Ciclismo: "Allí estuvo 24 años, 8 de ellos como presidente. Desde este puesto lanzó la idea, y luego ayudó a plasmarla, de la Clásica Zaragoza-Sabiñánigo, ya desaparecida", apunta Guillén. Pero el logro más importante de Salazar fue la recuperación de la Vuelta a Aragón. "En aquellos momentos tan difíciles, en 1965, la economía no estaba tan floreciente como ahora. Antonio consiguió lo que parecía imposible y fruto de aquel esfuerzo inicial podemos decir que la Vuelta a Aragón aún perdura como el acontecimiento ciclista más importante del ciclismo aragonés", señala Guillén.

Salazar, que en numerosas ocasiones ha señalado a Eddy Merckx como el ciclista más grande que ha conocido este deporte, a sus 79 años cree que el ciclismo todavía no ha hecho su gran revolución: "Debería adaptarse a los nuevos tiempos bajo un esquema de clubs para que arrastrase más gente. Las grandes vueltas deberían permitir la inclusión de reservas que sin optar a la general reforzaran al equipo. Los equipos levantarían más pasión y se reconocería más la labor del gregario", señalaba recientemente el homenajeado.