Víctor Muñoz le ha hecho mucho bien a este Zaragoza mortecino que tomó hace tres semanas. No tiene demasiados mimbres, pero al equipo se le ve con más espíritu, con más capacidad para aprovechar sus escasas virtudes y con más fe. Y además ha vuelto a ganar, que es lo que vale. El técnico está acertando en la elección de jugadores, ha aparcado a Paglialunga, ha situado a Arzo en el medio y algunos futbolistas, como Laguardia y en menor medida Montañés, han dado un paso desde su llegada, por no hablar de la mejoría de Luis García, pero en esa colección de méritos aún no está la recuperación de Víctor Rodríguez.

Para Herrera fue más revulsivo que titular, una decisión que casi nadie entendió, y mucho menos cuando peor funcionó el equipo. Mientras, Víctor Muñoz, de momento, le ha mandado mensajes para que apriete en el día a día y le dejó sin jugar en Vitoria para darle la segunda parte ante el Eibar, donde el Zaragoza notó muchísimo la presencia, la velocidad y la intención del mediapunta catalán, esta vez desde la banda izquierda.

Al Zaragoza no le quemó tanto el balón cuando el menudo jugador relevó en el descanso a un desesperante Javi Álamo y, desde luego, Bóveda vivió mucho menos tranquilo. Incluso pudo marcar en un pase de Montañés, pero el disparo le salió muy centrado. En Víctor habita un jugador que supone un plus de velocidad y de calidad con respecto a la gran mayoría del equipo y que además asegura un par de acciones interesantes cuando sale. No es mucho, pero sí más que muchos. Quizá sea solo un futbolista de 60 minutos, quizá no aguante todo el partido al mejor nivel, pero la teoría dice que es mejor aprovecharlo de salida con las espadas en alto que no como revulsivo en encuentros que pueden ser difíciles de cambiar de rumbo. Sin embargo, solo ha sido titular en 14 de los 30 partidos que ha jugado.

Lesionado al llegar

El nuevo entrenador se lo encontró lesionado en un gemelo al llegar, lo citó para el partido en Vitoria, donde se quedó en el banquillo, y le dio toda la segunda parte ante el Eibar, cuando su entrada mejoró al Zaragoza y supuso un argumento más que sólido para que en Soria ante el Numancia Víctor regrese al once. Desde luego, con su aparición en escena ayer se lo ganó de sobra.